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CRITICA
Por: PACO CASADO
Cuenta un escabroso caso real sucedido en 1997 en la conservadora Amarillo, un pueblo de Texas, cuando el joven músico de 19 años, Brian Theodore Deneke (1978/1997), conocido por su cresta verde, su pasión por la música punk y la contracultura, fue asesinado por un chaval de 17, Dustin Camp, en un entorno de aversión hacia él y sus amigos.
El asesino fue condenado por un delito de odio, únicamente a diez años de libertad condicional vigilada y a una multa de diez mil dólares, que finalmente fue condonada.
La muerte se produjo el 12 de diciembre de 1997, a consecuencia de un enfrentamiento entre jóvenes rebeldes e inconformistas punks, asiduos a un ruinoso local llamado Bomb City, que da título a la película, donde la víctima solía celebrar conciertos de música punk, y adolescentes de hábitos contrarios, los conservadores y deportistas conocidos como White Heatters.
Un polémico drama criminal sobre el delito de odio, que cuestiona la moralidad de la justicia norteamericana, ya que el asesino un chico de familia acomodada, estrella del equipo de fútbol americano, tuvo un trato de favor por parte del tribunal que lo consideró culpable de homicidio voluntario y lo dejó libre.
Indigna oír las palabras del abogado defensor diciendo poco menos que el rockero se lo merecía y que su defendido había hecho lo correcto.
Hay un choque entre dos concepciones diferentes, la de una sociedad conservadora y la de aquellos que desean vestir diferente y por ello se les consideran unos delincuentes.
El film no analiza los hechos de una manera correcta, mientras que los diálogos son una retahíla de frases malsonantes que espanta, tal vez sea muy real que suelan hablar así esos jóvenes, tanto los de un bando como los otros.
Dividido en dos partes, una primera con la rivalidad entre los dos grupos que termina con una multitudinaria pelea que acaba con la muerte del joven, y una segunda que la constituye el vergonzoso juicio debido a los corruptos mecanismos del poder y la justicia que deja libre a un asesino.
El grupo de música punk se enfrentó a unos chicos universitarios, deportistas, de buenas familias, provocando un conflicto grave que siempre acabarían perdiendo los primeros por la imagen que daban ante la sociedad.
Es la historia de esa lamentable crónica de sucesos por una discusión estúpida, que tuvo consecuencias mortales.
Es la ópera prima del cineasta norteamericano Jameson Brook, tras realizar media docena de cortos, hecho con un escaso presupuesto, que exhibe una realización superficial y reiterativa en la puesta en escena, sin grandes recursos en lo narrativo en pro de poner de manifiesto la tesis que defiende, que lo más interesante de esta historia.
Mejor dirección en el Bend Film Festival. Premio del público en el F. de Dallas, en el de Tallgrass y en el F. de la Tolerancia. Mejor actor Dave Davis y premio del público en Louisville. Premio especial del jurado a mejor actor y del público a mejor nuevo director en Nashville.
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