|
CRITICA
Por: PACO CASADO
La acción tiene lugar en el municipio de San Martín del Rey Aurelio, en el principado de Asturias, en el norte de España.
Es la historia de Daniel, un empleado, ascendiente de argentinos, que trabaja en el Pozo Sotón, uno de los más famosos de Asturias, dedicado a la extracción de carbón.
Es experto en minería pero está dedicado a funciones administrativas y por ello no baja nunca a la mina, pero en este caso es enviado por los directivos de la empresa, de manera excepcional, para ver si sigue quedando alguna beta de mineral y hacer determinadas prospecciones al respecto, si hubiera lugar, llegado el caso.
Con tan mala suerte que accidentalmente se produce un inesperado derrumbe y se queda encerrado en la cuarta galería, a 600 metros de profundidad, en compañía de cuatro compañeros.
Ellos son José, un veterano con cuarenta años de experiencia que le queda un mes para su jubilación; Soto, es otro de los mineros veteranos de la compañía con una gran trayectoria; Radek, ruso de nacionalidad, que es el único que queda gravemente malherido y María, de la que nada sabemos cual es su oficio o su misión hasta el final.
Lamentablemente la Brigada de Salvamento Minero no sabe exactamente en qué lugar están ya que tienen prohibido bajar a la mina con los móviles, aunque uno de ellos tiene un pequeño aparato de radio con el que pueden escuchar las noticias que están dando del accidente los medios de comunicación, que no tienen datos muy exactos de lo que está ocurriendo.
Para no hacer muy angustiosa la situación, el guion se nutre de algunos flash backs en los que periódicamente se interrumpe la angustiosa situación, con algunas imágenes acerca del pasado del protagonista, de sus relaciones con su hijo pequeño de pocos años y con Marga, su esposa, de la que está divorciado, de cuando estaban juntos, e incluso de algunos de la familiares que ante la dirección de la mina se interesan por la situación en que se encuentran los allí enterrados, como figura el título.
La trama es un tanto irregular, pero ello no quiere decir que se pierda el interés por las personas que se han quedado atrapadas en el interior de la mina, entre ellos hay una mujer, María, de la que no sabemos nada de por qué se encuentra allí, ni cual es la misión que lleva a cabo en ese trabajo, que es tan poco habitual que lo hagan las mujeres.
Los que están en ese infierno luchan por la supervivencia en los días en que están encerrados sin comer, sugiriendo uno de ellos en un momento de desesperación de alimentarse de carne humana de uno de los fallecidos debido al accidente del derrumbe.
Es la primera película que dirige el español Luis Trapiello, nacido en Mieres, de familia minera, tras haber hecho un corto, 'La mujer del hatillo gris' (2011), un drama claustrofóbico en el que se dan cita el terror y el suspense en esta historia de supervivencia en la que trata de sacar lo mejor de los veteranos actores que tiene a su cargo y dada una situación casi única que igual se podría representar en un escenario teatral.
Mueve la cámara con soltura para no hacer muy monótona la espera e igual ocurre con el manejo de los personaje dentro del cuadro.
En la fotografía hay un gran contraste entre la luminosidad y la belleza de las escenas exteriores con la oscuridad de las del interior de la mina.
Premio Día de Asturias al mejor film en el Festival de Gijón. Tres premios Gava: mejor película, dirección, y sonido.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CLIPS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE