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CRITICA
Por: PACO CASADO
La película es una adaptación de culto de la ópera rock del grupo musical The Who, compuesta por Pete Townshend.
Desde la primera creación para disco pasando por la versión teatral hasta llegar a la cinematográfica, ha sufrido algunas variantes con respecto a la obra original.
En su libreto se apoya Ken Russell para confeccionar el guion de la misma y adaptarle la música.
Russell, cuya fama se debe a films escandalosos como Los demonios (1971), y en 'Tommy' (1975) no iba a ser menos introduciendo algunas escenas irreverentes como el santuario dedicado a Marilyn Monroe, la sacrílega comunión con whisky y droga o las adaptaciones musicales que ha llevado a cabo sobre Tchaikovski, Mahler y otros compositores, crea siempre un cine musical muy peculiar, difícil de entroncar en ninguno de los musicales clásicos.
Su cine no se parece a la comedia musical americana, ni a los de otras nacionalidades, a pesar de que en El novio (1971) hiciera una buena adaptación del musical yanqui.
La cinta es un ejercicio desbordado de imaginación al que a veces le falta equilibrio y otras le sobra fantasía a la hora de crear la puesta en escena.
Cuenta la historia de Tommy Walker, un niño de cinco años, que vive con su madre, Nora, y su padrastro, un grosero Frank Hobbs.
Su padre, un piloto británico dado por muerto en la guerra, regresa al hogar de repente y se pelea con Frank, al ver que se ha casado con su mujer, y con el niño como testigo involuntario, Frank mata al padre de Tommy.
La experiencia sufrida provoca en él un trauma psicológico que le deja sordo, mudo y ciego, pero con el tiempo, Tommy desarrolla una extraordinaria habilidad, produciéndose el milagro a través de la música rock.
El chico consigue la fama jugando con las maquinitas hasta convertirse en un campeón del flipper.
Su argumento es un poco ingenuo y elemental, pero tal vez sea pretendido para, al no tener mucha profundidad, que no distraiga demasiado de la partitura musical.
En contrapartida el director elige una realización restallante, histriónica y exasperada, potenciando la crítica al consumismo, con escenas antológicas como la de la catedral de la nueva cultura en la que se rinde culto a Marilyn junto a otras de tipo vulgar, buscando los caminos de una nueva estética juvenil contracultural con sus dosis de mal gusto y con un ambiguo final.
En 'Tommy' (1975) hay dos elementos estéticos muy a tener en cuenta, por un lado la dirección de un autor tan polémico como Ken Russell y por otra parte el tratarse de la versión fílmica de una ópera rock de The Who, único conjunto que pervive en los sesenta con los Rolling Stones.
La unión de ambos es explosiva pero origina un cierto desequilibrio.
Hay en la película una determinada crítica a la juventud del momento con pretensiones de desmitificar a Marilyn Monroe sustituyendo en su pedestal a Tommy.
El confusionismo de ideas de todo tipo del film es también el reflejo de la propia clase social que en él se pinta.
En definitiva está muy en la línea que nos tiene acostumbrados Ken Russell, en esta ocasión dirigiéndose a la juventud, a esa que le gusta la música rock y que le entusiasma Marilyn Monroe aunque aquí se enfade con el desagravio que se le hace.
En lo actoral utiliza a Oliver Reed en tono cómico y logra un trabajo espléndido de Ann-Margret.
Nominada al Oscar Ann-Margret y la adaptación musical. Globo de oro a Ann-margret. Premio Alexander Lifka por su contribución al cine en el Festival Palic.
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