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CRITICA
Por: PACO CASADO
David Lean, junto con Alfred Hitchcock y Carol Reed, fue uno de los pocos directores británicos capaz de situarse entre los más conocidos del mundo del cine, precisamente a partir de la fecha en que realiza 'El puente sobre el río Kwai' (1957), película que va a cambiar el carácter de sus producciones haciendo a partir de ella las más espectaculares de toda su carrera, con un mayor presupuesto, con la que no sólo quiso hacer un cine comercial y espectacular sino también poner una gran calidad cinematográfica en sus imágenes, con un tono seco y austero, totalmente rigurosa, comprometida y sin concesiones a lo fácil, sin buscar el halago del público, ni el comercialismo taquillero.
Siempre defendió su independencia y se enorgullecía de no haber hecho nunca un film que no quisiera llevar a cabo.
Sus virtudes se conservan muy bien a pesar del paso del tiempo, estando latente su antimilitarismo sin concesiones, encarnado en el coronel inglés Nicholson que sólo está empeñado en cumplir el reglamento y que por ese camino llega, paradójicamente, casi a punto de traicionar a su patria.
David Lean presenta un enfrentamiento entre el coronel japonés y el inglés, y ambos salen malparados ante el espectador, debido a su actitud heroica pero inhumana.
El equilibrio viene dado por el falso comandante americano Sears, más práctico, que prefiere vivir dignamente como un hombre en lugar de morir como un héroe.
En este caso Sam Spiegel había comprado los derechos de la novela de Pierre Bouille, sobre la que confeccionó un guion Carl Foreman, que el productor había ofrecido a Orson Welles, John Ford, Howard Hawks, Nicholas Ray y William Wyler, que todos ellos lo habían rechazado.
Aceptó David Lean con la condición de poder modificar el guion.
A pesar de ello el rodaje fue problemático por las contantes discusiones de Alec Guinness con el director y con el actor William Holden.
Trata sobre la situación de un batallón de prisioneros de guerra que se ven obligados por los japoneses a construir un puente ferroviario sobre el río Kwai, durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, que utilizaban los nipones para transportar material bélico, mientras que desconocían los planes que tenían los aliados para poder destruirlo.
Su jefe, el coronel Nicholson, se empeña en realizar la mejor construcción posible para demostrar la superioridad británica.
Costó tres millones de dólares de presupuesto y recaudó finalmente más de cuarenta y cuatro millones brutos conseguidos en todo el mundo.
El papel de Alec Guinnes fue ofrecido antes a Charles Laughton que lo rechazó, ya que no quería vivir varias semanas en la selva de Sri Lanka, donde se rodó, simulando Tailandia, y Cary Grant hizo lo propio con el que finalmente interpretó William Holden.
De su música se hizo muy popular la Marcha del coronel Bogey, compuesta por el militar británico Kenneth J. Alford, que era cantada, pero la viuda de éste, que tenía los derechos, únicamente la autorizó para que fuera interpretada solamente silbada.
La Academia del cine de Hollywood le otorgó siete Oscar: Película, dirección, Alec Guinnes, guion adaptado, fotografía, montaje y banda sonora. Tres Globos de oro: film dramático, director y Sessue Hayakawa. Cuatro Bafta: Mejor cinta inglesa, Alec Guinnes, guion y film basado en una novela. Premio David de Donatello. Golden Scream en los premios alemanes. Premio NBR para mejor película, director, Alec Guinnes y Sessue Hayakawa. Premio San Jordi a Alec Guinnes.
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