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CRITICA
Por: PACO CASADO
Hollywood tiene la capacidad de hacer soñar a cualquier mortal y hacerle pasar dos horas felices en una sala de cine aunque sea con unas aventuras tópicas que cualquiera desearía protagonizar, como le ocurre en este caso a una ejecutiva protestona y un piloto de aviación que naufragan en una isla desierta de Hawai. La primera parte de la película se la pasan discutiendo y manteniendo intactos sus respectivos orgullos personales.
El film combina así una aventura vertiginosa llena de peligros, acción y amor en un medio paradisíaco.
Es un tipo de cine que no engaña a nadie, en el que todo es previsible.
Desde que se contempla el afiche de la cinta y sus dos ideales intérpretes, sabemos lo que va a pasar y que, a pesar de sus caracteres opuestos y diferencia de edad, terminarán enamorándose.
Cine de evasión, que a nadie molesta, si se está predispuesto a ello y eso lo sabe hacer perfectamente Ivan Reitman como ya lo ha demostrado en otras ocasiones con títulos como Los gemelos golpean dos veces (1988), Peligrosamente juntos (1986) o Poli de guardería (1990).
El film lo tiene todo para ser un producto comercial, correctamente realizado, desde la buena pareja de actores protagonistas, con la sólida presencia de Harrison Ford que explota su lado humorístico y aventurero y la prometedora Anne Heche, que está muy bien, hasta los magníficos y paradisíacos paisajes de ensueño que aporta la isla de Hauai, o la adecuada música, con el broche final de Bob Marley.
La película está encaminada simplemente a entretener y eso lo consigue sobradamente con esta pareja socarrona y divertida, que recuerda en sus discusiones a las entretenidas comedias de los años dorados del género.
Premio BMI para la música de Randy Edelman.
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