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CRITICA
Por: PACO CASADO
Bajo el reinando del gran imperio de Napoleón, Eugène-François Vidocq (1775-1857), es el único hombre que ha conseguido escapar de las más grandes y seguras penitenciarias del país galo, por lo que se ha convertido en una leyenda entre los habitantes de los bajos fondos parisienses.
Dado por muerto tras su última gran evasión, el ex-presidiario intenta pasar desapercibido tras el disfraz de un simple comerciante de telas que va de un lado al otro de los distintos mercados de la nación.
Sin embargo su pasado lo persigue, y después de ser acusado de un asesinato, que no ha cometido, propone un trato al jefe de policía: se une a ellos para combatir a la mafia, a cambio de su indulto de libertad.
A pesar de sus excelentes resultados, provoca la hostilidad de compañeros del cuerpo así como del propio hampa, que ha puesto precio a su cabeza, pero terminó convirtiéndose en el primer director de la Sûreté Nationale en 1812 y el fundador de la primera agencia privada de detectives de Francia.
Una flamante y trepidante versión de los hechos relacionados en el siglo XIX protagonizados por uno de los mayores mitos urbanos de la historia de París, François Vidocq, sobre cuya figura se han hecho varios films desde los tiempos del cine mudo hasta ahora siendo la última la del cineasta Pitof que había hecho una cinta sobre su figura con la que debutaba en la dirección de un largometraje, con el título de Vidocq (2001), protagonizado por Gérard Depardieu en el papel del personaje protagonista.
Ahora nos llega 'El emperador de París' (2018), que nos parece una cinta muy rigurosa en cuanto a la estupenda reconstrucción de la época, ambientación, decorados y vestuario y que sigue bastante fielmente la biografía de este mito de la historia francesa, pero sobre todo en lo que se refiere a su vida de acción, pero se olvida de profundizar en su figura y en lo que finalmente realizó sobre la ciencia forense y la criminología.
Se centra más en el cine de acción y de aventuras que al thriller fantástico, que se inspira en los seriales románticos de aventuras siendo fiel al París del Imperio Napoleónico, con algo de justicia poética, realizado con un alto presupuesto y una localización preciosista, respetuosa con el contexto histórico.
Posee un buen reparto en las figuras de actores como Vincent Cassel, que está estupendo en el personaje, Patrick Chesnais, Olga Kurylenko o Fabrice Luchini, este último en el papel de Joseph Fouché, el ministro de la policía, conducidos en la dirección por Jean-François Richet, del que ya le conocemos algunos de sus títulos como Asalto al distrito 13 (2005), Una semana en Córcega (2015) o Blood Father (2016), esta última con Mel Gibson, que hace con este su noveno título, que lleva a cabo con buen pulso en las escenas de acción.
Todo ello está envuelto en la interesante música de Marco Beltrami adecuada a cada momento.
Nominados al César los decorados y el vestuario.
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