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CRITICA
Por: PACO CASADO
El musical 'Cats' se estrenó en el teatro New London en 1981 en el West End londinense, permaneciendo en la cartelera durante 21 años.
En 1983 se estreno en Broadway donde permaneció durante 18 años en los escenarios.
Ha recorrido el mundo entero con más de 81 millones de espectadores exhibiéndose en más de cincuenta países, convirtiéndose en uno de los musicales de más éxito.
Ahora nos llega la versión cinematográfica dirigida por Tom Hooper, que se atrevió a ponerla en imágenes.
Una tribu de gatos, llamada Jélicos, cada año realiza un concurso al que pueden presentarse todos para poder ascender a la cúpula celeste y tener una nueva vida.
Para ello ensayan canciones y bailes que expondrán ante la única juez, la vieja Deuteronomio, que decidirá quien es el ganador.
A ese mundo llega Victoria, una gatita joven, que han abandonado metida en un saco en un callejón, que se integra en el grupo en el que busca ayuda.
En principio hace amistad con Grizabella, que como ella no ha tenido una vida fácil, que no goza de las simpatías de los demás, pero terminará siendo admitida.
Esta es en síntesis el resumen de la historia de lo que en principio fue un musical de gran éxito con partitura original creada por Andrew Lloyd Webber sobre un texto del famoso escritor T.S. Elliot de una colección de poemas incluidas en un ejemplar titulado 'El libro de los gatos sensatos del viejo Possum', publicado en 1939, que agrupa una serie de poemas escritos para sus ahijados.
El guion carece de una narrativa y la que tiene es tan débil que no consigue enlazar con fuerza las canciones y los números musicales para que tengan una continuidad argumental sólida.
En cuanto al original teatral es bastante fiel, apenas modifica algunas cosas como en el caso de Deuteronio que interpretaba un hombre y aquí lo hace una mujer o canciones a dos voces que lo canta una sola y retrasar la acción de los años 80 a los 30, época en la que vivió su autor T.S. Eliot.
Entre cosas a achacarle en cuanto a errores está la desproporción entre los gatos y los decorados, así como la que también hay en su corto argumento para sustentar un exceso de canciones, así como algunos defectos digitales que la productora ahora desea corregir.
Por otra parte uno de los aspectos que animan esta historia es la variedad de decorados en los que actúan los personajes que en un escenario es poco menos que imposible de representar, lo que la enriquecen y la airean.
Hay que añadir el extraordinario vestuario con el que se visten los actores que le da un aspecto de realidad y los movimientos que hacen, que hay momentos en que parecen auténticos felinos moviendo el rabo y las orejas, ayudados siempre por los efectos visuales.
En la coreografía se unen distintos tipos de bailes que van desde el ballet clásico, el claqué al más moderno de los actuales de la danza contemporánea, como el baile urbano, el hip-hop, o el jazz.
Entre los intérpretes están Francesca Hayward, una joven primera bailarina del Royal Ballet que debuta en el cine en el papel de Victoria, la protagonista, una cara angelical que enseguida prende la atención del espectador.
Está rodeada por actores veteranos como Sir Ian MacKellen o Judi Dench, que cantan pero no bailan, mientras que otros como Rebel Wilson, Jennifer Hudson o Idris Elva hacen las dos facetas.
Pero todo esto no es suficiente para conseguir un musical con alma, perfecto e interesante, ya que de las canciones tan solo es muy conocida Memory que ha sido interpretada por más de un centenar de cantantes, y otras son muy repetitivas en las letras o en su ritmo.
Es la primera vez que este musical se lleva a la pantalla grande, en este caso bajo la dirección del británico Tom Hooper, que ganó el Oscar por El discurso del rey (2010), que no tiene la suficiente experiencia de dirigir este género con tan sólo haberlo hecho con Los miserables (2012).
Nominado a los Globos de oro a la mejor canción 'Beautiful Ghosts', que no pertenecía a la partitura original de Cats.
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