, . |
|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Las películas de guerra siempre nos han parecido confusas, tanto si eran a campo abierto, como en la selva, no acabamos de entender cómo se orientan y ven tan claro la estrategia militar.
Esto es algo que no ocurre en las guerras modernas, como muy bien se puede contemplar en este film de Ridley Scott en el que se va siguiendo la batalla a través de la televisión, con la ventaja en este caso de ser un núcleo urbano y con un objetivo muy concreto.
La acción se desarrolla el 3 de octubre de 1993 cuando 160 soldados de élite norteamericanos son enviados a Somalia comandados por el capitán Mike Steele como parte de una operación de paz de la Naciones Unidas, que aterrizaron en la capital de Mogadiscio para capturar a los dos principales lugartenientes de un caudillo renegado y se encuentran en una batalla desesperada contra una gran fuerza somalíes fuertemente armada.
Tras evaluar la situación, diseñan un plan que consiste en apresar al caudillo Aidid y acabar así de raíz con la guerra.
Cuando empieza la misión todo parece ir bien hasta que dos helicópteros Black Hawk son derribados.
La misión se convierte entonces en una desesperada carrera contra el tiempo para rescatar a la tripulación y a los soldados de tierra.
A pesar de ello existe la desorientación en algunos de los soldados que constituyen estos grupos de asalto que atacan la pequeña población de Mogadiscio con el objetivo de apresar al líder somalí Mohamed Farrah Aidid en una operación que había de durar media hora y se convirtió en un infierno de casi un día con abundantes muertos, al caer en una encerrona el ejército norteamericano.
El guion está basado en el libro 'Black Hawk derribado: la batalla de Mogadiscio', del periodista Mark Bowden, que tuvo un gran éxito de venta, en el que se recoge detalladamente la fracasada misión de paz de la ONU en Somalia.
Ridley Scott se tiene bien ganada la nominación al Oscar de mejor director, ya que confeccionar con tan buena mano una cinta así tiene su mérito, dado el realismo que derrochan sus imágenes, la crudeza de algunas secuencias, que nos hacen vivir y casi percibir el olor y el horror de la guerra, rodada en Marruecos y con un presupuesto de 90 millones de dólares.
Un estupendo equipo de actores y técnicos logran el milagro de esta prodigiosa película.
Una curiosidad: a petición del Pentágono, el nombre de John Stebbins se cambió en el film por el de Grime debido a que Stebbins, que fue condecorado como héroe de guerra, y posteriormente condenado a 30 años de cárcel por abusos familiares.
Oscar al sonido y a la edición. Premio Eddie de los editores americanos. Premio Harry. Premio Hollywood a Ewan McGregor. Premio de la National Board o Review. Premio Berenice al maquillaje.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE