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CRITICA
Por: PACO CASADO
Viendo documentales como el presente hay que admirar que la Humanidad haya producido genios como el protagonista del mismo, la gran figura del Renacimiento italiano, y que tuviera tiempo en sus 88 años de vida de producir tantas obras de arte, extraídas de un simple bloque de mármol, como La Piedad, el David o el Moisés de realizar pinturas tan extraordinarias como las de los techos o el baptisterio de la Capilla Sixtina o construir la cúpula de la Basílica de San Pedro por citar tan sólo unos ejemplos de las distintas materias artísticas en las que se movió y dominó este hombre, que con figuras como la suya los artesanos pasaron a ser considerados artistas.
'Michelangelo' (2017) es una de las producciones documentales dirigidas por David Bickerstaff, sobre grandes pintores como son los titulados Degas. Pasión por la perfección (2018), Van Gogh y Japón (2019), entre otros, que nos acompañan en la búsqueda de un mayor entendimiento de este personaje tan carismático, al tiempo que nos cuenta la relación con sus contemporáneos y su valioso legado artístico que nos dejó tras su muerte en Roma en 1564.
Abarcando sus 88 años, Michelangelo nos acompaña en un viaje fílmico, empezando por las grandes capillas y museos de Florencia, Roma y el Vaticano a explorar la tempestuosa vida de Michalengelo Buonarroti.
Nacido en 1475 en Caprese, de una familia rica, cuyo padre era corregidor, su madre murió pronto, cuando apenas tenía 7 años y fue criado por la mujer de un cantero, tal vez de ahí le viniera la vocación de ser escultor.
Se relacionó con la poderosa familia de los Médicis e hizo fortuna a lo largo de su vida.
Con 17 años hace sus dos primeras obras La batalla de los centauros y La virgen de la escalera y cuando murió Lorenzo el magnífico volvió a la casa de su padre.
A lo largo de sus años haría el Baco, La Piedad de San Pedro, el David Apolo, pintó El santo entierro para la iglesia de los Agustinos entre sus primeros cuadros, que dejó sin terminar por hacer el David, de cuatro metros de altura, que fue todo un reto, sacar de un bloque de mármol abandonado que ya había sido empezado obtener esa maravilla que le costó cuatro años, aislándose en una carpa para que nadie viera lo que hacía.
El resultado era tan hermoso que no se podía poner en el techo de la catedral, había que situarlo más a la vista.
Tampoco le fue ajena la literatura, y dado su carácter homosexual escribió poemas de amor a hombres como algo platónico.
El Papa Julio II le encargó un monumento funerario para el que estuvo ocho meses en Carrara seleccionando el mármol, obra que tardó 40 años en acabarla siendo una reducción del proyecto original del que forma parte el Moisés y aún así algunas figuras de los esclavos quedaron sin terminar.
Pronto recibió el encargo de pintar los techos de la Capilla Sixtina, que dividió en tres partes, la Creación del mundo, la Creación del hombre y la Alianza con Dios.
Fue el Papa Pablo III quien le pidió que pintara el ábside de la Capilla Sixtina con el Juicio final.
Para que no se le escapara nada también hizo esculturas en bronce.
Cuando construyó la Cúpula de la Basílica de San Pedro tenía 70 años de edad, muriendo a los 88 en 1564 y cuyos restos están enterrados en la Basílica de la Santa Croce.
Este film es una fresca mirada de este hombre cuya vida es celebrada en cada marca que dejó y en cada pincelada que dio, en cada obra que cinceló, siendo posiblemente uno de los artistas más completos que ha dado la humanidad.
Esta película da ocasión de poder admirar la maravilla que fue su obra, deteniéndose en detalles con la ayuda de los profesores en arte que se citan en la ficha técnica, cuyo interés está más en la figura y la obra de quien en él se describe que en la forma cinematográfica.
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