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CRITICA
Por: PACO CASADO
A lo largo de la historia del cine el tema de las relaciones entre profesor y alumno se ha tocado en muchas ocasiones y todos tendríamos en nuestra mente títulos que destacaron en este sentido y ese es el tema que se toca en 'La audición' (2019), entre una profesora y su alumno.
Anna Bronsky es una de las profesoras que enseña violín en una de las clases del Conservatorio de música para jóvenes en la ciudad de Berlín.
Cuando se hacen las audiciones para la admisión de nuevos estudiantes, contra de la opinión de sus colegas, ella logra imponer su criterio y aprueba el ingreso de Alexander Paraskevas, un adolescente en el que detecta que tiene un gran talento para la práctica del violín.
Anna le instruye con una gran dedicación y afecto para el examen de fin de año, y pronto le prestará más atención que a Philippe, su marido y a su propio hijo, Jonas, de diez años, que le gusta practicar el deporte del hockey sobre hielo, que también sigue la carrera de violín, con otra profesora, algo que el niño detecta, lo que le separa cada vez más de su madre, hasta que finalmente encuentra una forma de venganza.
Entre tanto el matrimonio de Anna con su marido, que no se muestra muy cariñoso, que tiene un establecimiento de instrumentos de cuerda junto a la vivienda, está en crisis, ya que ella practica unos ciertos escarceos amorosos con Christian, un profesor de la escuela, que forma parte de un grupo musical que va a dar un concierto y la invita a que toque con ellos.
Conforme se va acercando la fecha del examen, Anna aprieta cada vez más a su alumno para que tenga el éxito que ella espera de él en la importante audición final, por lo que se obsesiona con llevarle a lo más alto, ya que ve en él el triunfo que no alcanzó como violinista de concierto.
Anna es una mujer compleja, de una conducta y un carácter algo cambiante, obsesivo a veces, perfeccionista con la música, pero no en lo personal, de moral relajada y cree ver en Alexander una forma de triunfo personal al haber impuesto su criterio, ya que no lo logró con su hijo, ni tampoco ella misma.
En el apartado interpretativo Nina Hoss se lleva la parte del león, ya que prácticamente aparece en cada escena de principio a fin y todo el argumento se centra en ella, en cuyo trabajo tiene que hacer un gran esfuerzo para matizar el carácter de su personaje que juega a varias bandas, con su marido, su hijo, Christian y Alexander.
Por su parte el joven Ilja Monti demuestra que es mejor violinista que actor en este su primer papel en el cine.
Tanto la guionista Daphne Charizani (chelista) como la directora (violinista) son profesionales de la música y eso se nota, al contar el duro proceso de trabajo y disciplina que han de ejercer los profesionales de la música.
En este sentido la estupenda Nina Hoss se lo ha puesto fácil a la veterana actriz y directora germana Ina Weisse, que hace con éste su segundo largometraje tras debutar con 'The Architect' (2008) ya que es ella quien conduce el film en todo momento y no tiene más que dejarla hacer con naturalidad, sólo ha de mostrar su notable actuación girando siempre la cámara en su entorno para enseñar su actuación de la forma más ascética y clara posible lo que hace que el drama se deslice sin que apenas nos demos cuenta, discurriendo con suavidad y un gusto notable a la hora de la puesta en imagen, lo que hace con una contenida narrativa.
La película habla de las relaciones humanas al tiempo que ofrece un retrato psicológico de la protagonista, una mujer llena de traumas y contradicciones.
Concha de plata a la mejor actriz Nina Hoss en el Festival de San Sebastián. Premio a Nina Hoss en el Festival de Estocolmo.
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