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CRITICA
Por: PACO CASADO
Cada vez más se están originando coproducciones entre las cinematografías europeas, sobre todo con aquellas del norte, que no son tan frecuente que lleguen sus títulos a las pantallas españolas y cuyo cine suele ser bastante interesante, aunque por lo general muy diferente al que normalmente estamos acostumbrados a ver del cine norteamericano, por ejemplo.
En esta ocasión se nos plantea una problemática de corrupción en Skagafjörour, un pequeño pueblo al noroeste de Islandia, en donde una cooperativa de agricultores, que es la que compra la leche que producen todas las vacas del lugar, se aprovecha para establecer los precios y no sólo eso, sino que además va contra aquellos que no hacen sus compras en el supermercado de la cooperativa, que tiene establecidos unos precios más altos que si se va a adquirirlos a la población cercana, pero nadie se atreve a denunciarlo, y además boicotea a aquellos que lo hacen fuera dejándolos sin trabajo.
Cuando un día muere en un accidente de coche el marido de Inga, una mujer que tiene una de las granjas, ésta descubre que no ha sido un accidente la muerte de su esposo, que estaba siendo estorsionado y chantajeado por la cooperativa y emprende una acción en contra del monopolio de precios que tiene ésta establecido.
Inga decide rebelarse contra un sistema corrupto y el machismo que le rodea, demostrando la fuerza de las mujeres.
Trata de aunar voluntades de los demás ganaderos para crear una nueva asociación de agricultores que le haga la competencia, lo que le va a traer, no obstante, más de un problema, además por el hecho de ser una mujer la que se ponga al frente de esta iniciativa, donde la mayoría son hombres.
En esto indudablemente al principio encontrará dificultades, pero terminará por tener la suficiente ayuda para poder hacer valer sus principios frente a las dos o tres personas corruptas que son los principales beneficiados en la dirección de la cooperativa.
El encargado de llevar este film a cabo no es otro que el director islandés Grímur Hákonarson, del que ya conocemos su anterior título la muy premiada Rams (El valle de los carneros) (2015) que igualmente que este se centra en los problemas del campo, unas veces son las ovejas y otras las vacas.
Posiblemente en esta ocasión el tema es mucho más valiente desde el punto de vista político, mientras que en aquella era más un tema familiar, en el que la protagonista es una mujer valiente que no tiene problema, llegado el caso de perder su granja, pero solucionar un problema de su localidad y hacer frente a la corrupción, iniciando el ataque con un texto reivindicativo publicado en las redes sociales que resulta muy efectivo.
Aquí se nos muestra un tipo de cine lineal, sencillo, bien hecho, con paso lento pero preciso, en el que no ha cambiado su forma de hacer cine a base de tomas largas, planos estáticos, que al principio tarda un poco en entrar en materia, que parece que va a ir por los derroteros del thriller con la muerte del esposo de Inga, pero que termina centrándose en un tema de problemática social que resulta interesante.
Una buena calidad de imagen, una dirección acertada de todo el elenco que constituye el reparto con actores que no son conocidos por nuestros lares, pero que saben comportarse con arreglo a las exigencias de sus personajes.
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