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CRITICA
Por: PACO CASADO
Son ya varias las producciones que se han hecho sobre la vida de Madame Curie, una de las científicas más importantes de la historia, que fue la primera mujer en ganar dos veces el Premio Nobel en un mundo liderado por los hombres.
En ese sentido podemos citar 'Madame Curie' (1943), de Mervyn LeRoy, con Greer Garson y Walter Pidgeon, 'Marie Curie Une certaine fille' (1965), de Pierre Badel, 'Los méritos de Madame Curie' (1997) de Claude Pinoteau, más recientemente 'Marie Curie' (2016), de Marie Noëlle y la que nos llega ahora Madame Curie (2019), entre otras, por no hacer la lista más larga.
Esta que comentamos repasa aspectos de la vida familiar así como las pasiones científicas y románticas de Marie Salomea Sklodowska, una mujer polaca, que se fue a París para estudiar ciencias y terminó casándose con Pierre Curie, adoptando su apellido.
Aquí también se cuenta la revelación de sus descubrimientos y premios conseguidos por esos logros científicos.
En una sociedad dominada por los hombres de finales del siglo XIX, Marie es una científica apasionada que, a pesar de su brillantez, debe pelear para llevar a cabo sus investigaciones.
Así se nos muestra a una Marie Curie como una mujer con un fuerte carácter, que no se arredra ante nada, capaz de enfrentarse a los veteranos profesores de la Academia sin el menor reparo, como igualmente a Pierre Curie, a la hora de espetarle que no le llevara a Estocolmo a recoger el Premio Nobel, que le deja muy claro que es de los dos, debido a los descubrimientos sobre el Radio y el Polonio que hicieron gracias a la colaboración conjunta llevada a cabo por ambos.
La película comienza en París en 1939 y en las primeras escenas ya vemos cómo protesta a los ancianos profesores de la Academia porque le han cambiado de sitio su equipo de laboratorio, lo que provocó que la echaran y tuvo que buscar trabajo como Marie Sklodowska para terminar conociendo a Pierre Curie, un hombre adelantado a su tiempo, y acabar casándose con él con el que tuvo dos hijas, Irene y Eva.
Cuando Pierre es atropellado por un coche de caballos ya estaba enfermo, y eso terminó por causarle la muerte, tras lo cual Marie tuvo una nueva relación con un hombre casado, lo que fue mal visto por la puritana sociedad parisina, que le pedía que se fuera a su patria.
La muerte de su marido no le impidió seguir trabajando, consiguiendo un segundo Premio Nobel, siendo la única mujer en lograrlo por segunda vez y en dos campos distintos, de Física con su marido en 1903 y de Química en solitario en 1911 y la primera en obtener la cátedra en la Universidad de la Sorbona.
El film alcanza a presentarnos incluso a su hija mayor, Irene, que ganó también su propio Nobel con su marido Fréderic Joliot por desarrollar la radiactividad, un año antes de que falleciera su madre.
La cinta tiene un guion del escritor televisivo Jack Thorne que está basado en la novela gráfica de la escritora norteamericana de 46 años, Lauren Redniss, publicada en 2010, que es muy clarificador de lo que es la figura de esta singular mujer, egoísta en su trabajo, arrogante en su carácter a veces, siempre a la defensiva por ser mujer en contra de los hombres, pero de una capacidad de trabajo incansable hasta su muerte ocurrida el 4 de julio de 1934.
Es de destacar la estupenda interpretación que hace de ella, una auténtica adicta al trabajo, la actriz inglesa Rosamund Pike.
La directora franco-iraní, Marjane Satrapi, de la que ya conocemos su película de animación Persépolis (2007), que fue su primer largometraje, basado en su propia novela gráfica, es la encargada de poner en imágenes esta biografía y lo hace con una gran entidad y acierto en buen entendimiento con la protagonista.
Premio mejor actriz a Rosamund Pike en el BCN.
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