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CRITICA
Por: PACO CASADO
No es la primera vez que el género de la ciencia ficción se preocupa por una invasión alienígena del planeta Tierra.
Se podría citar una larga lista de títulos que se han interesado en ello, y los que vendrán, porque parece que es un tipo de argumento que gusta a los espectadores, porque de lo contrario no se producirían tantas películas de esta clase.
Esta vez la historia que se nos cuenta comienza en un futuro cercano, en un barrio de Chicago, casi una década después de haberse producido una ocupación de una poderosa fuerza extraterrestre, que apenas si vuelve a aparecer fugazmente a lo largo de la trama, que no son los protagonistas de este hecho.
La rendición fue la fórmula para evitar una gran masacre y la aniquilación total de la humanidad, por lo que la Tierra está bajo la dominación alienígena, aunque en ningún momento se nos explica cómo se lleva a cabo esta convivencia entre humanos y extraterrestres, que por otra parte, estos últimos apenas aparecen en imagen.
'Nación cautiva' (2019) explora las vidas de ambos lados del conflicto: la de los colaboracionistas que están contentos con las condiciones del nuevo gobierno extraterrestre, con el que han mejorado las condiciones de vida, y la de los disidentes que no desean estar bajo ese yugo opresor deseosos de tener libertad.
Hace ya nueve años, que los aliens arrebataron el planeta a los seres humanos.
Hoy, un grupo de rebeldes intentará comenzar a recuperarlo de nuevo.
En este sentido parece que hay momentos en que la historia se olvida de los extraterrestres y se centra más en una especie de thriller de suspense y persecuciones entre unos grupo y otros.
Entre los personajes se encuentra un tal William Mulligan, un policía del barrio en el que se congregan los disidentes, y por otra parte está Gabriel Drummond, un joven de color, cuyo padre fue compañero de Mulligan.
El hermano mayor, Rafe, es buscado por la policía por estar entre los disidentes y cuando Gabriel va a verlo le entrega un cigarrillo de marihuana en cuyo papel figura escrita una clave.
La población está controlada por unos implantes en el cuerpo, pero los disidentes han encontrado, mediante unos inhibidores, la forma de burlar la vigilancia de la policía.
El guion contiene una serie de subtramas que no contribuyen al desarrollo del argumento, antes al contrario quedan sin aclarar.
La película a pesar de tener un contexto de ciencia ficción parece que se olvida de ello y se centra en el thriller, con un guion bastante farragoso en el que a veces nos faltan datos para saber por dónde van los tiros, con una trama que se hace un tanto pesada de seguir por lo confuso y desordenado de la narración.
La realización de Ruppert Wayatt tampoco contribuye gran cosa a aclarar el panorama, que va perdiendo ritmo, que le presenta al confundido espectador lo que hace que éste no se interese.
Quinto film del director inglés de El origen del planeta de los simios (2011), Ruppert Wyatt, en el que no se le da demasiada información al público y éste se aburre.
John Goodman, como actor más conocido del reparto, está simplemente correcto, sin saber en qué lío se ha metido.
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