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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras pasar por el Festival de cine en español de Málaga, llega a las pantallas españolas 'Un mundo normal' (2020), de Achero Mañas, con lo que nuestra cinematografía no se achica a pesar del maldito virus, que en este caso refleja lo que todos queremos en estos tiempos de pandemia, que de nuevo vuelva a ser un mundo normal.
Ernesto Caral, un director cuarentón de teatro y cine bastante excéntrico, algo esperpéntico e inconformista, que está en paro, separado temporalmente de su esposa, Julia, con la que tiene una hija, Cloe, una chica inteligente y comprensiva, más sensata que su propio padre.
Alguien le ha dejado un piso vacío para que se instale, pero entre tanto está bastante tiempo cuidando a su madre, Carolina, y con su hija Cloe, que estudia Derecho y tiene cualidades para la pintura.
Un día Carolina le pide que le haga la promesa de que cuando se muera la lleve a su ciudad natal, Altea (Alicante) y cumpla su deseo de no ser enterrada, ni incinerada, sino que su cuerpo sea tirado al mar, algo que va en contra de la ley.
Ernesto odia las series de televisión, pero como está sin blanca, acepta dirigir una, aunque no le agrada en absoluto, pero lo hace por dinero.
Un día, mientras está grabando, su hermano Max, que es compositor y un gran pianista, al que constantemente le está pidiendo hacer juntos un musical, le da la noticia de la muerte de su madre y se dispone a cumplir su última voluntad.
Camino del cementerio roba el coche fúnebre con el ataúd dentro para tirar el cadáver al océano, como era su deseo.
Su hija, cansada de sus locuras, le acompaña en la intención de hacerle cambiar de idea.
Achero Mañas, a la hora de escribir el guion parece estar influenciado por el filósofo Henry David Thoreau que decía que "cuando el hombre tiene la razón, ya es mayoría".
Y partiendo de ahí Ernesto cree tener razón y se enfrenta a lo que piensan los demás e incluso a la ley, para llevar a cabo la última voluntad de su madre y así desarrolla un argumento en este sentido, que no deja de ser una locura.
Tiene una primera parte en la que conocemos a los personajes, a Carolina, Ernesto, Cloe y Max, para después meterse en el disparate de defender sus ideas, cueste lo que cueste.
No siempre podemos hacer lo que nos pide el cuerpo y tenemos que claudicar si queremos vivir en paz con los demás.
Pero Ernesto no piensa así, ni desea renunciar a sus ideas y en eso se desarrolla la mayor parte de este film, algo diferente, en el que hay que entrar y dejarse llevar por la corriente.
En este caso tras el final cabría preguntarse ¿y después qué?.
A lo largo del metraje se critica a las series de televisión, a la juventud que vive colgada de los móviles, a la locura de ir contra corriente, la libertad, la madurez, la televisión, las relaciones familiares...
Una dramática, conmovedora y entretenida comedia que invita a ser fiel a sí mismo en contra de la opinión de los demás.
Tiene un buen trabajo de Ernesto Alterio en ese contradictorio personaje, al que da una buena respuesta la joven Gala Amyach (hija de Achero) que debuta en el cine con muy buenas maneras, compartiendo con él la mayor parte del metraje.
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