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CRITICA
Por: PACO CASADO
Muerto Peter Sellers, que dejó sin terminar la nueva película de la franquicia de la Pantera Rosa, que estaba hecha a base de recortes y descartes de los anteriores films, no se quiere abandonar la serie y se construye un nuevo capítulo con 'La maldición de la Pantera Rosa' (1983) sin su estrella.
De nuevo, una vez más, se vuelve a robar el famoso diamante y se busca a un nuevo inspector, en este caso recae en el sargento Clifton Sleigh, de la policía de Nueva York, para que lo localice y al mismo tiempo se encuentre el paradero de Clouseau.
Después de los acontecimientos de la desaparición de Clouseau, sus jefes de la Surete pusieron en servicio una computadora que elige a este nuevo detective, tan tonto, desmañado e inepto como el propio Jacques Clouseau, que en este caso le cae encarnarlo al nuevo actor Ted Wass que, dicho sea de paso, no tiene ninguna personalidad.
La cinta se rodó en parte en las islas Baleares y en Valencia, y Blake Edwards no se resigna a abandonar la serie, que por otra parte ya está muy gastada en cuanto a gags, situaciones cómicas y posibles sorpresas de cara al espectador.
Si bien en las últimas entregas los personajes encarnados por David Niven, Capucine y Robert Wagner, habían dejado de tener presencia, se ha tenido que recurrir nuevamente a ellos para mantener un cierto carácter de la serie, y ya casi ni eso, porque también ha desaparecido David Niven.
Realmente poco de nuevo ofrece este último capítulo de la serie de las aventuras de la Pantera Rosa, cuyos títulos de créditos siguen siendo realmente geniales, pero no así la continuidad narrativa de la película.
Henry Mancini sigue poniendo la banda sonora musical a esta serie de viejos actores, con inyección de algunos nuevos como ocurre en esta ocasión, a la que no le auguramos ya mucho más tiempo de vida.
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