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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras ser presentada en el reciente Festival de cine fantástico de Sitges llega a las carteleras 'No matarás' (2020).
Dani es un buen muchacho humilde, buena persona, algo ingenuo y apocado, que durante los últimos meses de su vida se ha dedicado exclusivamente a cuidar a su padre que estaba muy enfermo, en estado terminal.
Un día mientras sale a comprar tabaco, el padre fallece.
Su hermana Laura, que es abogada, se encarga de los trámites del entierro y le compra un billete de avión para que se tome unas merecidas vacaciones donde él quiera, en la misma agencia donde Dani trabaja en Barcelona, ya que tiene la ilusión de dar la vuelta al mundo.
Dani una vez muerto su padre tratará de retomar su vida, pero una noche, cuando sale a cenar, una chica inquietante e inestable, llamada Mila se le acerca y le pide que le pague la cena que se ha venido sin dinero.
Lo espera a la puerta y que le acompañe a casa para devolverle lo que le ha prestado.
Él insiste en que la invita, pero empieza una peripecia en la que toma la mala decisión absurda e ilógica de ir con ella y lo lleva a su lugar de trabajo donde le hace un tatuaje, a pesar de que no quiere, y después le acompaña a su casa, lo que resulta un auténtico disparate donde una serie de circunstancias hará que se vea envuelto en una espiral de violencia que no podía ni imaginar, en la que se ve arrastrado a una auténtica noche de pesadilla que le cambiará la vida.
El cineasta barcelonés David Victori debutó en la dirección de un largometraje con El pacto (2018) y con 'No matarás' (2020) hace su segunda película de argumento con este thriller que comienza con un interesante travelling secuencia y después se desarrolla todo prácticamente de noche, con una iluminación algo deficiente, y una filmación constantemente con cámara a mano en la que hay algunos momentos que resulta realmente mareante y otros siguiendo la espalda del protagonista, lo que nos recuerda al cine de los hermanos Dardenne.
Victori digamos que no hace mal cine, el problema es el guion.
Por otra parte a pesar de que tiene pocos diálogos, los directores españoles aún no se han dado cuenta de que con el sonido directo hay que cuidar que lo que hablan los actores se oiga y no digamos el caso del actor coruñés Mario Casas al que es ya habitual que no se le entienda nada de lo que dice.
El guion tiene situaciones muy convencionales que no son normales y otras que no hay quien se las crea, mientras que las escenas eróticas están mal diseñadas y realizadas.
La actuación del personaje de Dani es de una ingenuidad poco frecuente hoy en día y tiene reacciones que no son explicables.
Si con la presencia de Mario Casas los productores piensan que van a llevar gente al cine, se equivocan, este personaje no es el romántico que enamora a las jovencitas, ya que aquí además de haber cambiado su figura que físicamente no le favorece, su personaje se ve envuelto en unas escenas de fuerte violencia que son desagradables y no resultan muy comerciales.
Por otro lado el personaje de Mila, que hace la debutante Milena Smit, es poco creíble, que es todo lo contrario del de Dani, al que llevará a su perdición.
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