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CRITICA
Por: PACO CASADO
Recientemente proyectada en el Festival de cine fantástico de Sitges, llega a las pantallas comerciales, aunque de forma bastante restringida, 'She dies tomorrow' (2020), escrita y dirigida por Amy Seimetz.
No es frecuente que una producción de estas características y género sea dirigida por una mujer aunque no se pueda enclavar exactamente en el clásico cine de terror, sino más bien en el terror psicológico, donde no hay fantasmas, ni sustos o sobresaltos.
En este caso es la norteamericana Amy Seimetz, una actriz que con más de setenta títulos a sus espaldas, como es cada vez más frecuente que ocurra entre los actores, se ha pasado hace unos años a estar detrás de la cámara.
Con este largometraje nos presenta el segundo de su aún corta filmografía en este apartado en el que tan sólo ha dirigido cuatro cortos, dos series de televisión y un largo.
Como actriz no es muy conocida porque pocas de sus películas se han visto en nuestras pantallas, pero sí algunas del género de terror como Tú eres el siguiente (2011) o Cementerio de animales (2019), por lo que puede que por ahí le haya venido la idea o la afición al cine de esta clase.
Se dice que con lo que cobró por esta última de las citadas es con lo que ha hecho ésta con un presupuesto realmente ridículo dentro del cine indie norteamericano.
Amy está obsesionada agobiada porque se ha hecho a la idea de que el último día de su vida van a ser las veinticuatro horas siguientes lo que le lleva a una espiral emocional, algo que contagia a su amiga Jane cuando ésta va a visitarla tras hablar por teléfono, a la que comunica la idea absurda de que cuando realmente muera la conviertan en una chaqueta de cuero.
Entre tanto su comportamiento es errático, oscila entre suicida y misterioso, con una sonrisa psicópata en una larga noche de alucinaciones en una soledad con ecos profundo de horror psicológico.
A lo largo de la trama se sucede una serie de escenas en las que otras personas también se contagian de la misma idea como una especie de virus, momentos que nos parecen realmente surrealistas al estilo de los films del español Luis Buñuel que no sabemos a qué vienen en esta historia que no tiene mucho de interés o al menos nosotros no hemos sido capaces de encontrarle el auténtico sentido que ha querido darle la en este caso guionista y directora.
El hecho de que la protagonista se llame Amy al igual que la cineasta responsable, nos lleva a pensar que se trata de expresar algo muy personal y que sea ella su alter ego.
Se nos antoja más bien una especie de ensayo de la manera de crear una atmósfera o sentido emocional de preocupación por algo que atormenta a la protagonista, que contagia a los que tiene a su alrededor, lejos de contar una historia con visos de realidad.
Nos da la impresión de que a la hora de escribir esta crítica también nos hemos contagiados de alguna manera de esa obsesión de la protagonista y divagamos de manera dispersa al escribirla, como esta historia que pretende que reflexionemos sobre la relaciones del comportamiento humano.
El film navega de manera intermitente con secuencias que interesan mientras que en otras ocurre todo lo contrario, lo que hace que no sea para un público mayoritario que va a ver una historia y divertirse o entretenerse un rato y no un experimento sin sentido.
El protagonismo recae en Kate Lyn Sheiteil y en pequeños papeles se pueden ver rostros más conocidos como los de Michelle Rodriguez o Josh Lucas al que acabamos de ver en El secreto (2020).
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