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CRITICA
Por: PACO CASADO
A veces hay películas que constituyen por su originalidad o por su impacto causado en la taquilla, unos auténticos patrones por los que se han de cortar las sucesivas producciones que sobre este mismo tema vendrán a continuación.
La idea en este caso es simpática pero no original.
'Tonto el último' (1980) nos trae a la memoria, tal vez por ser de las más recientes que hemos visto sobre este mismo tema a El mundo está loco, loco, loco, loco (1963), de Stanley Kramer, ya que su argumento se asemeja bastante, en sus carreras y persecuciones chistes y moraleja sobre el egoísmo y la ambición humana, que fue un auténtico suceso comercial, con algunas escenas que eran ciertamente muy espectaculares y con un abultado reparto de grandes estrellas.
Este otro título que comentamos ha querido tal vez imitarlo en muchos aspectos, aunque por otra parte hemos de decir que no que el film de Kramer descubriera en el séptimo arte la comicidad provocada por las alocadas careras, porque ya desde los primeros tiempos del cine mudo,con las comedias de la Keynston, el público se lo pasaba en grande.
Aquí se trata de la historia de Milton Parker, un rico y excéntrico millonario, inventor de unas maquinitas y juegos, que deja una herencia de 200 millones de dólares para aquel que logre reunir más objetos raros de una lista que previamente ha dado y que ha de ser en un tiempo récord de unas horas.
Varias personas y grupos salen en una desenfrenada carrera para conseguir la fabulosa herencia tratando de obtener la mayor cantidad de esos objetos a toda costa aunque sea haciendo las mayores barbaridades, para así poder conseguir el ansiado y rico botín.
Las peripecias se suceden sin cesar logrando algunos actores dar el tipo de la comicidad deseada, mientras que otros flaquean en su desesperado intento.
El desigual guion se embarulla en ocasiones, que da saltos narrativos en exceso, objetos cuya consecución no se ve, otros personajes que apenas si aparecen y hay situaciones que no quedan claras, tal vez por el exceso de personajes y la gran cantidad de objetos a conseguir y posiblemente también a que ha sido aligerada en su metraje para que sea más asequible y no canse a los espectadores infantiles.
Quedan, no obstante algunos buenos golpes, otros previsibles, personajes que funcionan mejor y otros más endebles en un reparto amplísimo, con bastantes rostros conocidos y color aceptable.
El film no pasa de ser un producto divertido e ingenioso realizado con el objetivo de distraer a la mayor cantidad de audiencia posible.
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