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CRITICA
Por: PACO CASADO
La vida de Nuestro Señor Jesucristo dio siempre para hacer muchas películas, algunas de ellas fueron bastante espectaculares.
Ya en 1923, casi en los orígenes del cine sonoro, Cecil Blount De Mille comenzó a hacer lo que él entendía por el espectáculo cinematográfico con Los diez Mandamientos, en su primera versión, posteriormente haría otra ya en color y más espectacular.
A esta primera le seguiría cuatro años mas tarde otro film colosal 'El Rey de Reyes' (1927), que tuvo un gran éxito popular al igual que la primera, lo que le marcó el camino embaldosado de oro para el resto de su producción.
Pero sin desviarnos de nuestro objetivo, de nuevo se ha llevado a la pantalla la vida de Cristo de manera espectacular como ocurre en este caso con esta versión de 'Rey de Reyes' (1961), que se ha rodado en España producida por Samuel Bronston, un hombre que es también muy dado a hacer grandes superproducciones muy espectaculares.
En este caso encargó la dirección a Nicholas Ray, quien al parecer no quedó muy satisfecho con el resultado final debido a las constantes ingerencias del productor, no obstante se nota en muchos momentos el toque personal del realizador.
El móvil, que generalmente ha impulsado a los productores a hacer esta clase de cintas, siempre ha sido más la taquilla que una intención religiosa o artística, como ocurre aquí tanto con Nicholas Ray como el notable guionista que es Philip Yordan, que ninguno de los dos han tenido la idea de la figura de Jesucristo desde un punto de vista del arte a la hora de plasmarlo en la pantalla.
El Evangelio no es una novela, es un libro sagrado y también una realidad histórica comprobada, por lo que debe tratarse con absoluto respeto, ya que no es un producto de la imaginación humana, y no alterar su esencia de la idea de la Redención.
Tanto director como guionista han conservado algunos pasajes, han suprimido otros y se han añadido algunos extraídos de la imaginación con objeto de conseguir la espectacularidad, cuando en realidad hay momentos como los del pueblo judío gritando pidiendo la muerte de Jesús ante el Pretorio, o la entrada de Cristo en Jerusalén y sin embargo en ningún momento se nos muestra que es Dios, que ha sido enviado por el Padre para cumplir una misión tan trascendental.
En muy contadas ocasiones se nos habla de la fe y de la caridad, sonando más a un sermón político que religioso.
En el fondo queda la idea de si ese hombre era Dios o un simple profeta con buenas intenciones y la Resurrección se contempla desde un aspecto superficial.
Ciertamente que una adaptación íntegra del Evangelio exigiría una producción de muchas horas de duración.
En el capítulo interpretativo está muy bien el trabajo de Jeffrey Hunter incorporando la figura de Cristo, con una magnífica actuación en la que el director ha insistido más en la vertiente humana que divina.
Técnicamente el trabajo de Nicholas Ray no es el mejor de los que le conocemos, dada la calidad habitual de su cine, fluctuando entre una variedad de estilos que van desde el realista al de la plástica de las estampas de la imaginería española.
La narración tiene un buen ritmo en la primera parte y se hace más lenta en la segunda.
Tiene una magnífica fotografía que es de lo mejor de la película y una música de fondo de un compositor clásico como es Miklós Rózsa.
Nominado al Globo de oro la música. Premio Boxoffice. Premio IFMCA a la música de Miklós Rózsa.
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