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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras el éxito comercial, que no artístico, que consiguió Angel (1984), los mismos productores y director se han decidido a continuar contándonos más acerca del mismo personaje de Angel, aunque en esta ocasión se han visto obligados a no poder contar con la anterior actriz que la encarnaba y sustituirla por otra distinta, cambiando en este caso a Donna Wilkes por Betsy Russell para hacer el papel protagonista.
La acción transcurre ahora cuatro años más tarde, cuando la estudiante que en aquella se veía obligada voluntariamente a hacer la calle, ha logrado dejar su vida de prostituta con la ayuda del teniente Andrews, ya que ha sido rescatada de su oficio por el honrado policía, y la encontramos ahora convertida en una estudiante en la universidad haciendo esta vez la carrera, pero de abogacía.
Cuando Andrews es asesinado de un disparo cuando hacía una investigación por una brutal banda de gángsteres, Angel regresa a las calles para encontrar a quienes lo mataron.
Ella será la que vengará la muerte de su policía salvador y en compañía del viejo cowboy callejero Kit Carson y la casera lesbiana Solly Mosler, descubrirán a toda una banda de asesinos y especuladores.
Desconocíamos que en Norteamérica se hiciera la carrera de Derecho en tan poco tiempo, y es ahí donde comienzan los desmanes de esta absurda historia que resulta premiosa, lenta, sin ningún contenido, con tantos convencionalismos y mal hacer, que el público se ríe a carcajada mientras el crítico, por honradez, tiene que sufrir y aguantar la hora y media de proyección en la que los desafueros se suceden uno tras otro sin solución de continuidad, con un guion inexistente y una interpretación realmente deplorable.
Creemos que con esto está todo dicho, para qué perder más el tiempo con esta endeblísima película.
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