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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine negro ha ido degenerando con los sucesivos cambios que se introducen en los thriller actuales, cuajados de violencia gratuita y sin una trama inteligente que nos llene de admiración.
David Mamet es de los pocos guionistas y realizadores que sigue cultivando este interesantísimo género en el que la astucia para engañar a los demás hace de ello un arte.
Joe Moore es un veterano ladrón que en un descuido en el robo a una joyería es filmado por una cámara de seguridad.
Bergman, el perito que le suele comprar lo robado, le chantajea con un nuevo y último atraco antes de pagarle la mercancía.
Joe acepta y vuelve a reunir a su equipo para robar un cargamento de lingotes de oro con destino a Suiza.
Pero sospecha que puede ser traicionado por Bergman o por su mujer, por lo que tiene que estar atento a ello.
David Mamet nos da dos por el precio de uno.
El atraco inicial y el que constituye el meollo del film, ambos muy bien planeados.
El guion está plagado de agudos y maravillosos diálogos, bien escritos, llenos de ironía, que mantienen siempre atento al espectador, ya que en cualquier momento vuelve a dar un nuevo giro, y producirse un nuevo engaño.
Como suele ser frecuente en este tipo de guiones hay momentos convencionales, otros en los que las apariencias engañan, y algún pequeño agujero en la trama, en la que se juega con la amistad, el amor y la traición.
Una estupenda dirección del afamado dramaturgo.
Otro de los alicientes de esta interesante cinta es el reparto, con un espléndido Gene Hackman y de Danny DeVito, bien seguidos por Rebecca Pidgeon, esposa y musa del director, y del resto del reparto.
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