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CRITICA
Por: PACO CASADO
La carrera del director británico Iain Softley no ha sido hasta ahora demasiado brillante, que digamos.
Comenzó con 'Blackbeat' (1994), donde expuso el comienzo de los famosos chicos de Liverpool con un resultado bastante regular. El siguiente título, 'Hackers, piratas informáticos' (1995), era aún más floja. En el tercero elevó el listón con el melodrama 'Las alas de la paloma' (1997), que adaptaba una novela de Henry James, que se hizo acreedora a cuatro nominaciones al Oscar, tal vez la mejor hasta ahora, en que se traslada al cine americano para hacer 'K-Pax' (2001).
Para ello se basa en una novela de culto de ciencia-ficción, mezclada con psiquiatría, de la que es autor Gene Brewer, en la que Prot, un ser que dice venir del alejado y adelantado planeta de K-Pax, es tomado por un alucinado e internado en un hospital psiquiátrico y tratado como un enfermo, aunque es capaz de asombrar a su psiquiatra y a los astrónomos con sus explicaciones científicas sobre su avanzado, pero obscuro planeta, por lo que ha de usar gafas de sol, debido a la luminosidad del nuestro.
El guión deja algunos puntos sin aclarar, aunque mantenga el interés a lo largo y ancho de las casi dos horas de proyección, entre otras cosas por el duelo interpretativo que se establece entre el oscarizado Kevin Spacey encarnando a Prot y Jeff Bridges como el psiquiatra.
La funcional música de Edward Sheamur acompaña y adorna la nítida fotografía y una dirección más bien corrientita, sin muchos alardes, para un film que hace pasar un rato entretenido.
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