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CRITICA
Por: PACO CASADO
Las vacaciones en familia han dado siempre bastante juego para hacer divertidas comedias cinematográficas ya que les suele pasar de todo en las situaciones más peregrinas.
Algo de eso le ocurre a la familia de Bob Monro, un ejecutivo que tiene adicción al trabajo y como su jefe lo sabe le explota vilmente. Ese es el motivo por el que el bueno de Bob, que tenía prometidas unas felices vacaciones en Hawai a la familia, cambia de repente de planes y se presenta en casa con una enorme autocaravana para cruzar los Estados Unidos y marchar con destino al Gran Cañón de Colorado, donde sin que la familia lo sepa, ha de presentar un informe en una reunión de la compañía. En un camping conocen a otra pegajosa familia, los Gornicke con ideas muy distintas a las suyas que viven permanentemente en la autocaravana de los que huyen cada vez que pueden.
Ni que decir tiene que les sucede de todo y esas mismas vicisitudes que han de solventar, hará que la desunida familia termine comprendiendo a su jefe y cabeza de la misma y terminen unidos para siempre. La idea, una vez más, es salvar la familia. A lo largo del guión se deslizan el cariño familiar, frente a una crítica al materialismo, el exceso de trabajo y el abuso de los trabajadores. Los previsibles golpes de efectos y la exageración de las situaciones algunas algo cutres rebajan su calidad.
Todo es previsible en esta comedia familiar, desde los gags a las situaciones mil veces repetidas con tal de hacer reír, pero lamentablemente si se ha visto el trayler del film en él hay un resumen de lo mejor de las mismas, así que si no gustan del género se pueden ahorrar la entrada.
Una dirección funcional de un adicto al género como es Barry Sonnenfeld y dos actores que con su trabajo salvan la función, Robin Williams y Jeff Daniels, rodeado de actores juveniles.
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