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CRITICA
Por: PACO CASADO
A la hora de elegir el público ver una película se puede fijar en muchos factores.
Unas veces son los actores, otras el director, en ocasiones el argumento, etc.
'Asesinato en el Orient Express' (1974) tiene varios elementos para hacerla atractiva a priori para el público.
En primer lugar cuenta con un excelente reparto compuesto por una docena de primerísimos actores.
En segundo lugar está la escritora Agatha Christie, famosa por su novelas de intriga y misterio que han cautivado a millones de lectores que gustan de ese género ya que goza de un prestigio internacional entre los autores especialistas en esa clase de literatura.
En tercer lugar situaríamos al director Sidney Lumet, que comenzó de manera formidable con su film 12 hombres sin piedad (1957), aunque últimamente ha dado una de cal y otra de arena.
Plantearse la obra de la famosa escritora inglesa de novelas de misterio, Agatha Christie, una maestra en su género, en tono de superproducción tenía mucho de aventura y un tanto de riesgo.
El resultado creemos que no ha sido aceptable ya que el director en su afán de exhibir el rico material que poseía y los abundantes medios de los que ha dispuesto, alarga innecesariamente la trama, amén de que fuera casi inevitable el tono discursivo y teatral de la obra.
La escritora declara constantemente que no le gusta que sus libros sean llevadas al cine, porque difícilmente son trasplantados fielmente sus personajes tal como ella los concibió al crearlos y describirlos en las páginas de sus novelas, no obstante ésta es de las que más le ha satisfecho.
De nuevo se vuelve a llevar una obra suya al cine, que tiene bastante de teatral, ya que se desarrolla casi toda ella en un tren, con la que se ha querido hacer toda una superproducción, cargada de nombres de estrellas famosas, con un gran lujo en el vestuario y la ambientación, ciñéndose a la actual corriente de cintas de la moda retro, no en vano la acción se sitúa en Long Island en el año 1930, lo que da pie sobrado para ello.
Posiblemente ese afán espectacular es lo que ha perdido al director norteamericano Sidney Lumet al llevar esta obra a la pantalla, ya que la alarga excesivamente, por lo que pensamos que le sobra bastante metraje, sobre todo en el comienzo en el que se entretiene en exceso a la hora de ir reuniendo a los personajes en el famoso Orient Express, exhibiendo de forma pausada todo el gran aparato que ha montado para servir de escenario al enigmático crimen.
Por mucho que Lumet haga uso del recurso del flash back y trate de sacar la cámara al exterior, no por ello la película pierde su tono escénico y discursivo, resolviendo al final el caso el famoso detective belga Hércules Poirot de forma un tanto convencional.
Lo mejor del film es sin duda la excelente fotografía lograda por Geoffrey Unsworth, la bien elegida música compuesta por Richard Roy Bennet y el buen trabajo del conjunto de estupendos actores, a pesar de lo cual no se logra subir el nivel.
El resultado es un producto que puede interesar a los amantes del género de intriga y seguidores de Agatha Christie, interpretado por un buen número de caras conocidas de la pantalla, muchas de las cuales mueven a la nostalgia y la añoranza de otros tiempos en los que cualquiera de ellas podía encabezar un reparto importante.
Oscar secundario para Ingrid Bergman. Premio Bafta a la música. a John Gielgud e Ingrid Bergman. Premio Evening Standard British al mejor film, Albert Finney y Wendy Hiller. Premio NBR. Premio al mejor guion de los escritores británicos.
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