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CRITICA
Por: PACO CASADO
La historia de 'La mosca' se remonta a junio de 1957, cuando Kurt Newman llevó a cabo el inteligente guion de James Clavel basado en la novela de George Langelaan, que tuvo un gran éxito comercial pero no gozó del favor de la crítica.
George Langelaan, que era un agente secreto del gobierno británico, confesó en su día a la revista Playboy que se había sometido varias veces a la cirugía estética para cambiar el aspecto de su cara.
Esto le inspiró un breve relato que fue considerado como el mejor del año.
Lo leyó Kurt Newman e hizo la primera versión en tan sólo 18 días de rodaje, interpretada por Vincent Price.
Con el paso del tiempo se convirtió en un inmerecido clásico del género de terror.
Después vendrían como consecuencia dos secuelas, 'El regreso de la mosca' (1960) que dirigió Edward L. Bernds, ya que Kurt Newman había fallecido, y 'La maldición de la mosca' (1964), que realizó Don Sharp, que no llegaron a exhibirse en las pantallas españolas.
Ahora al cabo de los años el director canadiense David Cronenberg volvió a leer el guion de James Clavel y ha retomado el tema, lo ha adaptado y cambiado a las necesidades actuales y puesto al día según el avance que se ha producido en la ciencia y la introducción de la informática en la investigación científica y también en el terreno cinematográfico de trucos y efectos especiales.
En este caso sigue el espíritu de la obra original, aunque ha introducido algunos cambios, modificando incluso algunos personajes, al convertir a la esposa en una periodista enamorada del científico y también el del redactor de la revista.
La película comienza con un encuentro con Veronica Quaife que termina en enamoramiento y paralelamente el científico Seth Byndle nos va mostrando su descubrimiento que no es otro que el de la teletransportación, mediante el cual se desintegra la materia de un objeto en una cabina y se vuelve a reconstruir en otra.
Primero se experimenta con diversos objetos inanimados, después se prueba con un simio y por último termina por hacerlo con su propia persona.
Durante el proceso se produce un error al introducirse en la primera cabina una mosca cuyos átomos se mezclan con los del ser humano y se produce en ella una transformación convirtiéndose en un grotesco y gigantesco animal.
En la segunda parte del film se da paso a una serie de efectos especiales y por otra parte ha llevado a Chris Walas y Stephan Dupuis a ganar el Oscar al mejor maquillaje.
Jeff Goldblum es el actor ideal para este personaje por su físico, mientras que Geena Davis incorpora el papel de Veronica, la periodista en este caso.
David Cronenberg, todo un especialista en el género, no acaba por darle el ritmo adecuado que pedía la cinta, logrando un correcto resultado, aunque abusa de los efectos en la segunda parte estando más equilibrada la primera mitad.
Oscar al maquillaje. Tres premios de la Academia de ciencia ficción. Premio especial del jurado en el F. de Avoriaz. Premio de la academia canadiense del cine a la fotografía. Premio NBR.
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