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CRITICA
Por: PACO CASADO
Estamos en una época, desde hace bastante tiempo, en la que el cine está falto de ideas, por ello con una frecuencia mayor de lo que es habitual, se recurre a rehacer o readaptar algunos éxitos del pasado y así sucede, una vez más, con el caso de 'Cazafantasmas' cuyo original data de 1984, del que se hizo una secuela en 1989, ambas dirigidas por Ivan Reitman, otra en 2016, que era la versión en femenino, a cargo de Paul Feig, la peor, y ahora nos llega 'Cazafantasmas.': Más allá' (2021), esta vez dirigida por Jason Reitman y producida por Ivan Reitman.
En esta ocasión lleva el subtítulo de 'Más allá', y se trata de la historia de Callie una madre soltera, con dos hijos, Trevor de 15 años y Phoebe de 12 que, tras no poder pagar el alquiler, es desahuciada y se van a vivir a Summerville, un pueblo de Oklahoma, a la destartalada y ruinosa mansión del abuelo, Egon Spengler, que murió recientemente, y se la ha dejado en herencia junto con sus deudas.
Ante la precaria situación económica Trevor, el hijo mayor, se coloca en un burger, mientras que Phoebe, la hija, que es muy aficionada a las ciencias y además una manitas, se hace amiga de Podcast, un chico del colegio de su edad y se dedican a trastear entre las pertenencias que el abuelo que tenía en una especie de laboratorio que había montado en un viejo granero.
Con el tiempo los dos pequeños sabuesos descubrirán el legado secreto del abuelo que era un cazafantasmas y con todos los instrumentos del mismo, se dedican ellos también a practicar ese oficio en compañía de Trevor, que consigue poner en marcha el vetusto Cadillac que adaptó su abuelo para ese trabajo.
Con respecto al original, que tenemos bastante olvidado, a pesar de que se basa en el guion de aquel, más nos parece una producción infantil, ya que prácticamente en buena parte de la historia son los dos pequeñajos los que se erigen en los verdaderos protagonistas con sus descubrimientos y práctica del oficio.
La aventura resulta bastante entretenida aunque también hay que decir que es excesivamente larga en la que entre otras cosas se abusa de los efectos especiales que en algún momento se hacen reiterativos a base de mucho usarlos, sobre todo en los metros finales y decir en su favor que son bastante interesantes.
Como curiosidad cerca del desenlace hacen su aparición tres de los actores de la primera aunque más envejecidos, lógicamente.
Carrie Coon como la madre y Paul Rudd como el profesor se encargan de los personajes adultos, mientras que los niños son encarnados por Finn Wolfhard, Mckenna Grace, Logan Kim y Celeste O'Connor.
En la banda sonora se incluye el tema original.
La dirección corre a cargo de Jason Reitman, hijo de Ivan Reitman, que en este caso hace de productor.
Aunque Jason esta vez no logra superar a otras cintas suyas anteriores como Juno (2007) o Up in the air (2009), por el camino que va con bastante seguridad va a mejorar el cine que hacía su padre, que también tenía títulos interesantes en su haber como Peligrosamente juntos (1986) o Poli de guardería (1990), entre otras.
Si las dos primeras eran interpretadas por hombres, la tercera por mujeres, tan sólo faltaba la cuarta, protagonizada por niños.
Nota: Hay dos escenas en los créditos finales.
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