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CRITICA
Por: PACO CASADO
En el cine de Hollywood son innumerables las películas que a lo largo de la historia se han hecho sobre gángsteres americanos.
Cualquier buen aficionado podría citar algunas de las más recientes, pero tal vez se olvide de títulos memorables de los años dorados en los que el género estaba de moda, por ejemplo 'Scarface' (1932) de Howard Hawks, 'Al Capone' (1959) de Richard Wilson, 'Cara cortada' (1959) de Phil Karlson, 'La matanza del día de San Valentín' (1967) de Roger Corman, 'Bugsy' (1991) de Barry Levinson y así podríamos seguir nombrando más títulos interesantes de este género.
Pero entre todos ellos no recordamos que se hiciera ningún film sobre Meyer Lansky, todo un cerebro de la mafia, aunque sí hubo un telefilm hace unos años sobre su figura, 'Lansky, el imperio del crimen' (1999) dirigido por John McNaughton, con guion del notable David Mamet, interpretado por Richard Dreyfuss y Eric Roberts.
Esta nueva versión, que se estrena ahora, es la historia de ese famoso gángster norteamericano, un inmigrante judío de Polonia, que creció en las calles de Nueva York con amigos de la infancia como Ben Siegel, conocido como Bugsy o Charly Lucky Luciano que como él, ya de adultos, se convirtieron en gángsteres manejando el mundo del juego, en lo que se cree que ganó mucho dinero que invirtió en casinos en Cuba, con el apoyo del presidente de esos años Fulgencio Batista.
El gobierno americano creía que tenía ocultos unos 300 millones de dólares escondidos en alguna parte, por lo que fue investigado durante décadas por los agentes del FBI.
Durante su retiro, contrata al periodista David Stone, para que escriba un libro, que quiere que se publique tras su muerte, en el que cuente su verdadera historia, que es lo que se narra en esta cinta, de cómo llegó a convertirse en el presidente del Murder Inc. y el Sindicato del crimen.
Debido a su naturaleza judía ayudó a los Estados Unidos en la lucha contra el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial.
El correcto guion de Eytan Rockaway, al que le falta emoción, consiste en una serie de sucesivas entrevistas en distintas cafeterías en las que Lansky se reúne con el periodista David Stone en las que le va contando, por orden, los distintos capítulos de su vida y de vez en cuando son escenificados en flash backs retrospectivos.
Al mismo tiempo transcurre la relación del periodista con su esposa y de Lansky con la suya y sus tres hijos, uno de ellos paralítico, así como con otros gángsteres que van apareciendo a lo largo de la narración, como Al Capone, Salvatore Maraanzano, Lucky Luciano, Bugsy Siegel, entre otros.
En una de las frases de esta película Lansky dice en esencia: "Ford con sus coches vende libertad, los casinos dan dinero y emociones", como una manera de justificar el negocio del mundo del juego que terminó siendo legal cuando el Estado participó en ello con los impuestos.
En otro de los momentos dice: "Cuando pierdes tu dinero no pierdes nada, cuando pierdes tu salud pierdes algo, pero cuando pierdes tu personaje lo pierdes todo".
Defiende el honor de las personas, aunque como en este caso sea un gángster, y sobre todo a la familia.
En el film Lansky está interpretado por dos actores, de joven por John Magaro y ya en la vejez por Harvey Keitel, en uno de los mejores trabajos que le recordamos, y a quien le da respuesta, a gran distancia, Sam Worthington como el periodista (ficticio) David Stone, que está inspirado en el padre del director, que tuvo que entrevistarse con Lanksy en alguna ocasión.
El joven e inexperto cineasta Eytan Rockaway debuta en la dirección de un largometraje con este cinta tras realizar varios cortos y documentales, con una puesta en imágenes muy sencilla, procurando variar siempre el ángulo de cámara con un amplio sentido de la estética en las entrevistas para no hacerlas muy monótonas .
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