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CRITICA
Por: PACO CASADO
Con más de sesenta años a cuesta John Huston ha realizado esta producción, y continua siendo en la actualidad no sólo un gran actor, como lo ha demostrado en cuantas interpretaciones se ha prodigado en los últimos tiempos, sino uno de los más firmes valores de la cinematografía de Hollywood como director.
Fiel a su gran dignidad, nos presenta aquí una gran panorámica de ese submundo que es a veces el boxeo en las pequeñas ciudades norteamericanas a través de la figura de un púgil fracasado.
Billy Tully, que un día fue notable boxeador en México, que ganó cierta notoriedad en la zona fronteriza, es ahora una auténtica ruina humana.
Su encuentro con Ernie, un joven estudiante, que acude a un gimnasio para mantenerse en forma, en el que Billy intuye, mientras lo ve entrenar, que tiene excepcionales cualidades pugilística para el boxeo de poder llegar a lo más alto.
Le hace una propuesta, el desmoronado veterano, de convertirse en su mentor y alberga esperanzas de volver a poder subir de nuevo a un ring.
El joven es un hombre que rondará los treinta años, físicamente bien dotado en el que el veterano, destrozado por el fracaso, quiere ver en él su propia continuidad y contemplar el triunfo que no pudo lograr, por esas faenas que se cometen en el deporte, al dejarlo abandonado su propio manager en un combate comprometido y crucial en Panamá, donde le partieron una ceja de forma poco ortodoxa.
Los dos hombres lucharán no sólo por obtener el triunfo, sino también por escapar al destino fatal que parece aguardarles.
Tal vez en ambos se den las mismas circunstancias y sean las mujeres las que tengan parte de culpa en su futuro y las que torcerán su camino, uno siendo abandonado por su esposa, el otro al quedar embarazada su novia.
Este encuentro será un revulsivo para que Billy vuelva a alentar de nuevo la esperanza de poder volver a subir a un cuadrilátero.
Ambas vidas, la que ahora empieza y la que ya acaba, marcharán juntas hasta que la despiadada realidad imponga su propia ley.
El escenario es una ciudad insólita en la que apenas han llegado signos de la civilización.
Allí se nos presenta el mundo del boxeo, con sus partidas amañadas y las peleas por el triunfo, contrastan con la vida apacible de la villa.
Las vidas de estos dos hombres, que desean triunfar en el ring, corren paralelas, mezclando los fracasos y sinsabores de la profesión con las ilusiones y las esperanzas de llegar al logro de la felicidad que proporciona el triunfar.
Al mismo tiempo que John Huston nos muestra estas dos vidas, no descuida por otra parte la panorámica ambiental de la ciudad que los alberga, con los tascuchos de mala muerte y con la sociedad que les rodea
Esta historia en otras manos, apenas si hubiera tenido impacto pero John Huston rememora sus tiempos de juventud, cuando fue boxeador, con este veraz drama obre el mundo del boxeo, al que ha sabido aportarle el ritmo necesario.
La acción se sitúa en la ciudad de Stockton, California, en la que ese veterano púgil en decadencia, que sobrevive trabajando como jornalero agrícola, conoce a ese muchacho que quiere ser boxeador y se lo recomienda a su antiguo mánager, otro perdedor.
Fat City es una expresión de la jerga boxística que quiere decir Paraíso en la Tierra.
La temática más querida de Huston, la presentación de personajes fracasados y perdedores, que no tienen posibilidad para nada, pero siguen siendo seres humanos, se inscribe aquí en el mundo de las doce cuerdas, tan conocido por el director en los años de su aventurera juventud.
Buena película en la que la visión de la tarea directiva, se une a la perfecta labor de sus actores y a la gran calidad que corresponde a su veteranía.
Nominada al Oscar Susan Tyrrell. Luna de oro para Stacy Keach en Faro Island. Premio del círculo de críticos de Kansas para Stacy Keach. Premio Ciudad de Valladolid y del CEC en la Seminci.
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