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CRITICA
Por: PACO CASADO
Siempre hemos pensado que el cine es la mejor escuela para aprender, si no se cambian los hechos históricos.
En este caso se expone lo que fue la crisis del 16 de octubre de 1962, que duró trece días, cuando un avión americano de reconocimiento descubrió casualmente los misiles que la URSS estaba instalando en Cuba y que pusieron al mundo al borde de la Tercera Guerra Mundial.
Los muchos documentos desclasificados recientemente han hecho posible al guionista David Self crear la trama de esta película que convierte unos hechos históricos en un thriller político de suspense a pesar de que todos conocemos cual fue el final.
Los protagonistas fueron John Fitzgerald Kennedy y su hermano Robert, así como el consejero personal del presidente, Kenneth P. O'Donnell.
En ellos estuvo la decisión última de no atacar Cuba, teniendo que enfrentarse no sólo a Kruchev sino también a los militares fascistas americanos que querían a toda costa invadir la isla para sacarse la espina de la Bahía de Cochinos.
El australiano Roger Donaldson lleva el film con bastante buen oficio, sobriedad y equilibrio, con el ritmo adecuado para no cansar a pesar de su largo metraje, a lo que contribuyen las sólidas interpretaciones de los principales actores que no sólo hacen bien sus papeles sino que incluso se parecen físicamente a estos hombres que tuvieron que sufrir una gran presión, ya que tenían en sus manos la paz del mundo o una conflagración mundial.
Premio Peace de la Political Film Society. Premio a Bruce Greenwood como mejor actor de reparto y mejor edición en los Satellite Awards.
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