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CRITICA
Por: PACO CASADO
No paran de llegar superhéroes a las carteleras ya que continúan con buenas recaudaciones, y en este caso le ha tocado el turno a Teth Adam de la editorial DC, cuya producción ha sido dirigida por el español afincado en Estados Unidos Jaume Collet-Serra, que ha encabezado el top de taquilla allí y en España como era de esperar.
En el prólogo se cuenta la historia de la Corona de Sabbac creada por el tiránico rey del imaginario país de Kahndaq, Ahk-Ton, que da un gran poder a quien la posea, hecho que sucede en el año 2600 antes de Cristo en el que el héroe defiende a la gente del lugar contra los mercenarios que tratan de quitarle el preciado metal del Eternium, con el que está hecha la corona.
Ya en la actualidad la arqueóloga Adrianna Tomaz, en compañía de su hermano Karim, y sus compañeros Samir e Ishmael Gregor, buscan la corona pero son atacados por un grupo guerrillero.
Adrianna pronuncia un encantamiento que despierta a Adam que es librado de su tumba casi cinco mil años después de haber recibido sus grandes poderes de los antiguos dioses egipcios y ahora está listo para llevar a cabo su manera única de hacer justicia en el mundo actual.
Pero la Sociedad de la Justicia, compuesta por el cuarteto formado por Hawkman, Atom Smasher, Cyclone y el Dr. Fate, que la comanda, también está interesada en ello intentando detener en su empeño a Adrianna, que ha sido traicionada por Ishmael ya que éste pertenece al grupo Intergang y de paso tratará de que Adam no destruya la ciudad con su enorme poder con el cual levita en el espacio y no le hacen efecto las balas.
Entre tanto Amon, el hijo de Adrianna, ha sido capturado por el traidor Ishmael que pide la corona a cambio de su libertad.
El guion de Adam Sztykiel, Rory Haines y Sohrab Noshirvani, casi no aporta nada nuevo al género ya que posee una idea mínima como base para colgar todas las escenas de acción a lo largo de las más de dos horas de proyección.
No cabe duda que en cuanto a su realización el director Jaume Collett-Serra sabe lo que los aficionados a los comics y a este género de películas quieren ver, que no es más que acción y así prácticamente todo el metraje se va en ello, con una serie de enfrentamientos entre los protagonistas, en destrucción de cuanto se pone al paso, ya sean aviones, helicópteros, edificios devastados o cualquier otro objeto que impida llevar a cabo la lucha entre los dos bandos, incluso atrapar proyectiles para evitar la muerte de un inocente a través de los superpoderes del héroe de esta historia.
Como algunos otros tiene Adam la capacidad de levitar en el aire, de volar a una velocidad endiablada como un superman cualquiera.
No se priva de hacer algún homenaje como es el caso del duelo en el cementerio de La muerte tenía un precio (1965) de Sergio Leone con música de la banda sonora incluida.
Y hablando de banda sonora la compuesta en este caso por Lone Balfe es puro ruido para el acompañamiento de las escenas de acción, que son abundantes, con espectaculares efectos especiales a lo largo de todo el metraje, aunque algunos nos parezcan un poco primitivos y con una cámara en constante movimiento.
El director se entiende bien con Dwayne Johnson, con el que ya coincidió en Jungle Cruise (2021), dando este la figura apropiada al personaje, siempre con cara de piedra en su gesto, falto del sentido del humor que utiliza el actor en otros films.
En el reparto destaca la presencia de Pierce Brosnan, el en otro momento agente secreto James Bond al frente de la Sociedad de la justicia.
En definitiva, una más de superhéroes, y van.
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