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CRITICA
Por: PACO CASADO
La acción se inicia en el Vaticano y se sitúa en el año 1995.
El Papa inicia una alarmante investigación sobre la Iglesia de Nuestra Señora de las Lágrimas, un templo barroco del siglo XVII que está en ruina, que se encuentra ubicado en la ciudad de Sevilla, después de que un hacker informático filtrara un mensaje en su ordenador personal avisándole de los graves sucesos que están ocurriendo sobre este asunto en su interior.
El Santo Padre ha asignado a Monseñor Spada que se ocupe de ello, quien a su vez envía al Padre Lorenzo Quart para que investigue sobre el terreno y haga un informe sobre el tema, ya que es un hombre con experiencia en saber de los oscuros hechos de la Santa Sede a través del Instituto de Asuntos Exteriores de la Iglesia.
Éste se verá apoyado desde el Vaticano por el padre Cooey, un gran experto en informática, a través de internet.
Poco antes de su llegada se ha producido la segunda muerte de un sacerdote en el interior de la iglesia durante la restauración en escasos meses.
Entre tanto la aristócrata Macarena Bruner, una mujer separada de su esposo, Pencho Gavira, que es la dueña de los terrenos lucha porque el templo siga en pie contra su marido que desea derribarlo para construir en ellos, al ser el director del Banco Cartujano que oculta intereses corruptos inmobiliarios para edificar un centro comercial y un grupo de viviendas.
La encargada de la restauración es la arquitecta Gris Marsala, monja norteamericana contratada por el párroco, el Padre Ferro.
El guion se basa en la novela de igual título escrita y publicada en 1995 por el cartagenero Arturo Pérez Reverte, uno de los autores más destacados del panorama literario español actual, del que sus novelas se pueden leer en más de cuarenta idiomas, varias de las cuales han sido llevadas a la pantalla con anterioridad, aunque a decir verdad no han contado, generalmente, con mucha suerte al ser vertidas al cine, siendo quizás El maestro de esgrima (1992) de Pedro Olea, la que más chance tuvo en este sentido y en otro aspecto Alatriste (2006) de Agustín Díaz Yanes, que fue la más taquillera de ese año.
En esta ocasión se trata de una triple coproducción entre Colombia, España e Italia, siendo estos dos últimos países donde tiene lugar la acción y por la parte colombiana recae el peso en Sergio Dow, el director del drama El día que me quieras (1986), que tiene una intriga de corte más o menos policiaco, aunque en este caso no se trate de un agente secreto, sino de un sacerdote el que lleva a cabo toda la investigación, con el respaldo de la policía.
A su cargo tiene un reparto compuesto por actores de diversos países europeos: Inglaterra, Italia, España, irlanda, y también alguno de Colombia, que se reparten los principales personajes.
El guion, escrito a ocho manos, logra reducir la extensa novela y contarla en casi dos horas escasas, pero pecando de demasiada palabrería y cantidad de personajes del complejo argumento con las tramas y subtrams que se derivan del núcleo central de la historia.
El actor británico Richard Armitage se encarga del papel principal del Padre Quart que saca con solvencia y en el lado femenino destaca la presencia de la madrileña Amaia Salamanca que aporta su atractivo físico a Macarena Bruner.
Los personajes que se dan cita aquí tendría cada uno de por sí una historia que contar, el problema es que la narrativa se ve envuelta en una gran cantidad de diálogos y poca acción para ser un film de este género, lo que exige una gran atención por parte del espectador para no perderse en los vericuetos de tanta intriga cruzada.
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