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CRITICA
Por: PACO CASADO
A los aficionados al cine más veteranos no se les habrá ido por alto este título ya que existe una versión sobre este mismo tema del año 1939 que fue dirigida por Sam Wood, e interpretada por Robert Donat y Greer Garson, que ganó el Osar para el protagonista por el personaje de Mr. Chips.
Esta nueva película, según tenemos entendido, no tiene de parecido con la anterior más que sus personajes, puesto que en ella han sido cambiadas algunas cosas y situaciones y además se le han añadido las canciones.
Tal vez por ello algunos la consideran una comedia musical, aunque nos resistimos a considerarla así si nos atenemos a las características del musical americano de los año 50 en adelante.
Más bien podríamos apreciarla como una especie de comedia con música, tal como se viene haciendo en los finales de los años sesenta, lo cual creemos que es una regresión del género, dada la perfección alcanzada hasta llegar a 'West Side Story' (1961).
Esto último con respecto a 'Adiós, Mr. Chips' (1969) se pueda considerar en el más amplio sentido como peyorativo.
La vida del tímido y retraído profesor inglés Arthur Chipping no tiene otro horizonte que su trabajo en el colegio Brookfield, en la afueras de la ciudad de Londres.
Entre las alumnas es considerado como un docente académico, aburrido, anodino y estricto en sus exigencias.
Su imagen y su existencia tomarán otro sentido cuando conoce a Katherine Bridges, una atractiva corista de comedia musical de la que se enamora, con la que desea contraer matrimonio y al que ella llama cariñosamente Mr. Chips, aunque sus caracteres y profesiones no acaban de encajar en sus respectivos medios.
'Adiós, Mr. Chips' (1969) sigue siendo una comedia con música, que funciona en ocasiones, la mayoría de las veces cuando se limita a ser simplemente comedia y se olvida de la música, que posee una sosa dirección de Herbert Ross que no llega a darle el impulso genial que le haría ganar muchos enteros.
Por otra parte los números coreográficos, aunque no son muy inspirados, han liberado al film de la tremenda y estúpida carga sentimental que tenía la anterior.
No obstante sigue teniendo un poco de lastre literario para tratarse de una comedia, algo que no es de extrañar teniendo como autor del guion a Terence Rattigan, siendo a veces hasta algo teatral.
Tras todo esto y a su pesar, la cinta tiene una cierta personalidad que hace que si bien agrada y satisface viéndose sin excesivo esfuerzo por parte del espectador que se siente siempre predispuesto a reír y pasarlo bien aunque no encuentre muchas ocasiones para ello.
Si hubiera que destacar a alguien de todo el reparto lo haríamos por la sobria interpretación de Peter O'Toole en primer lugar y después a Siân Phillips que encarna el papel de Ursula Mossbank.
Por otro lado no nos extraña el buen trabajo del veterano Sir Michael Redgrave y en cuanto a Petula Clark se cubre, saliendo airosa de su papel sin no pocas dificultades.
Herbert Ross ha tratado de eliminar las lágrima y los falsos sentimentalismos y cada vez que puede carga contra unas estructuras establecidas en la vieja Inglaterra y arma la revolución en los vetustos muros del colegio de Brookfield.
Correcta la fotografía y bonito el colorido realizado con cierto buen gusto en la elección del vestuario.
La coreografía de los pocos números musicales no es ninguna cosa destacada y apuntar el fondo aleccionador que tiene.
Globo de oro a Peter O'Toole. Premio David de Donatello a Peter O'Toole. Premio en el Festival Giffoni. Premio NBR. Premio a Siân Phillips de la crítica americana.
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