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CRITICA
Por: PACO CASADO
La población de raza negra de Estados Unidos hace que en muchas ocasiones sea suficiente para hacer rentable una producción interpretada por gentes de color, de ahí que cada vez más se produzca el fenómeno de ser estos actores los protagonistas de esas cintas policíacas.
Así continúan llegándonos producciones de esa clase a nuestras pantallas, un género que también es conocido como cine negro entre los aficionados.
Pero desde hace unos años tomó la característica además de estar protagonizado por actores de raza negra.
Ahí están los ejemplos de Richard Roundtree encarnando a Shaft en los títulos que siguieron en la serie, o el Mr. Tibbs que incorporaba el también actor de color Sidney Poitiers como protagonista de varias entregas de esa saga.
Bien es verdad que ese tipo de cine no se quedó estancado ahí sino que ha ido evolucionando y poniéndose totalmente al día con las nuevas técnicas y efectos especiales empleados para hacer más espectaculares las persecuciones, con nuevos trucos y unos protagonistas que son cada vez más superhéroes.
Jerico Jackson es un policía de color de la ciudad de Detroit conocido por sus métodos empleados, en ocasiones al borde de la ley, que se enfrenta a "los hombres invisibles", una peligrosa banda que tiene aterrorizado a su distrito.
Sigue la pista de un magnate hambriento de poder que está eliminando sistemáticamente a la competencia.
El emplear métodos drásticos a veces les trae complicaciones, como es el caso de Jerico Jackson que es degradado de teniente a sargento por emplear unos métodos demasiado expeditivos.
En esta ocasión nuestro protagonista no se enfrenta a ningún magnate de la droga, tema que está ya demasiado tratado, sino que en este caso se sitúa la acción en la Industria del automóvil, para lo cual la ciudad ideal para ambientar esta historia no es otra que Detroit.
Para el magnate Peter Dellaplane, un importante fabricante de automóviles todo su afán es adquirir el máximo poder y para ello el tema de la corrupción está siempre al día.
El protagonista, que ya encerró a su hijo Sean, continúa tras su pista a pesar de la prohibición expresa de sus superiores.
En este caso Jerico Jackson cuenta con la colaboración de una mujer de color, tan guapa y sugestiva como Vanity, y el contraste lo hace con la no menos atractiva rubia Sharon Stone.
Craig T. Nelson, el padre de familia en el film 'Polstergeist' (1982), encara bien al corrupto magnate, estando el protagonista incorporado por el forzudo Carl Wathers, que fue el Apollo Creed en la cinta 'Rocky' (1976).
Por su parte Craig R. Baxley debuta en la dirección de un largometraje con 'Acción Jackson' (1988), tras haber aprendido como director de segunda unidad.
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