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CRITICA
Por: PACO CASADO
Aunque el relato que se nos presenta está basado en un hecho real, que pasó desapercibido por coincidir con el asesinato de Martín Lutero King, y que fue escrito para un ejercicio de periodismo por el general del ejército norteamericano (retirado) Jim Morris, de la fantasía de los americanos se puede esperar cualquier cosa.
Porque la verdad es que esto parece increíble y al mismo tiempo tan infantil e ingenuo que sólo se les puede ocurrir a ellos.
Para mantener la lealtad de un pueblo durante la guerra de Vietnam, un oficial del Ejécito de los Estados Unidos y su unidad, luchan por entregarle un elefante vivo.
Una aldea vietnamita que ha colaborado con ellos en la batalla contra el Vietcong es castigada por este ejército matándole su elefante y ellos se sienten obligados, de alguna manera, en pago a sus servicios, a devolverle otro, y a tiempo para participar en una ceremonia religiosa, aunque tengan que atravesar 360 kilómetros de selva y burlar los ataques constantes del enemigo.
Este es el argumento de esta ingenua película que nos ofrece este aspecto positivo y a veces hasta cómico de la guerra de Vietnam.
Todo no van a ser matanzas y violencia.
Simon Wincer, el director australiano que llevó a cabo 'Relámpago Jack' (1994) o 'Liberad a Willy' (1993), se enfrenta esta vez en lugar de con una ballena, con un elefante, que para el caso es casi lo mismo, y un con puñado de actores que se prestan a entrar en este infantil juego con la sana intención de divertir, pero no siempre lo consiguen.
Tiene una realización que resulta mecánica y la interpretación se contagia de ello.
Aunque pudiera estar en la línea de las comedias milagros que solía hacer el director Frank Capra, Simon Wincer no se le parece tan siquiera.
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