|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Es ésta una de esas películas que gustaban mucho y que el paso de los años tal vez haya hecho mella en ella.
En su tiempo fue considerada como una obra maestra, ya que entonces no se atendía tanto a la calidad artística del film y se guiaban los públicos más por la comercialidad y el éxito que tenían de cara a la taquilla.
Para los gustos de hoy es un producto comercial bien hecho y poco más.
Sabe mucho a star system, a melodrama romántico con sabor a los gustos de su época, con rutilantes nombres de las estrellas que encabezan el cartel que entonces encandilaban a los espectadores, ya que tanto Vivien Leigh como Robert Taylor estaban en el candelero en aquellos años.
En Londres durante un bombardeo de la Segunda Guerra Mundial el Comandante Roy Cronin conoce a Myra Leslei, una bailarina de ballet en el puente de Waterloo.
Entre ambos surge el amor y deciden casarse, pero él es destinado al frente antes de poder contraer matrimonio.
Años más tarde vuelve a encontrarse pero la guerra ha hecho profundas huellas en la vida de la muchacha y las cosas ya no pueden ser como antes.
Su amor será una más de las víctimas de la guerra
Típica cinta de problemática, cuando en el cine se sufría y se vivía angustiado el drama que vivían los protagonistas, cuando se contaba una historia y no como las películas de hoy que se estancan en una situación y de ahí no salen.
Hay un cierto divorcio entre el tema y su tratamiento fílmico. Mervyn LeRoy era un buen artesano, conocedor de la técnica que manejaba con bastante acierto.
Una buena fotografía de Joseph Ruttenberg, de lo mejor del film, y una estupenda Vivien Leigh, superando en su interpretación a su oponente Robert Taylor.
Nominada al Oscar la fotografía en blanco y negro y la música de la banda sonora. Premio NBR para Vivien Leigh.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE