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CRITICA
Por: PACO CASADO
La idea de un adulto que vuelve a la infancia, o como en este caso, que se enfrenta a su pasado materializado en el niño que fue cuando tenía ocho años, tal vez no sea nueva, ya que la podemos encontrar hasta en clásicos de la literatura, pero en este film resulta original, aunque algo complicada en su desarrollo por tener que asumir mentalmente los distintos tiempos.
Russ Duritz es un asesor de imagen, muy valorado por sus clientes, que impone sus ideas a los poderosos que lo reclaman para arreglar sus desaguisados o su imagen ante la sociedad.
Para él es un triunfador con un buen sueldo, estupenda casa y coche de lujo, pero para el niño que soñaba con ser piloto y tener un perro, es un fracasado, un egoísta arisco y desagrable, que no tiene familia y que nadie le quiere.
El adulto toma conciencia de a lo que ha llegado a ser y reflexiona sobre su conducta.
El niño tampoco está satisfecho.
La idea de la guionista de 'La verdad sobre perros y gatos' (1996), está poco desarrollada y además se ha encontrado con una realización del director Jon Turteltaub que no acaba de darle el ritmo que requiere una divertida comedia, logrando el objetivo tan sólo en ocasiones.
A Bruce Willis parece que se le da bien trabajar con niños.
Ya lo hizo en 'Mercury Rising. Al rojo vivo' (1998) y en la exitosa 'El sexto sentido' (1999) sin que su imagen se vea perjudicada, como decía Alfred Hitchcock.
Muy bien acompañado por la veterana Lily Tomlin y la joven Emily Mortimer.
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