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CRITICA
Por: PACO CASADO
El discutido y discutible Claude Lelouch, se propuso un día, tras tener fama y fortuna conseguidos con "Un hombre y una mujer" y sus films siguientes, demostrar que una película se podía rodar en 16 milimetros y en tan solo ocho días de duración.
Y en efecto así lo cumplió.
Reunió a un grupo de actores amigos suyos entre los que se encontraba el famoso compositor Francis Lai, se trazó un leve argumento divertido en torno a una pareja y tres amigos más en su luna de miel y se dejó a los actores improvisar algunos diálogos y situaciones y él con su cámara de 16 milimetros en a mano, con sonido directo, hizo el resto.
La película, que comienza como una de las primitivas del cine, en la estación de La Ciotat, como lo hicieron los Hermanos Lumiére, a quienes va dedicada la cinta, tiene un cierto aire de frescura y espontaneidad que se despega un poco del cine rosáceo que tradicionalmente ha hecho y nos ha ofrecido hasta ahora Lelouch.
Se olvida de su cine anterior y hace esta especie de reportaje simple pero sin pretensiones, en el que consigue algunos momentos muy divertidos como las secuencias en el restaurante, en la gasolinera o el party enb el campo.
Frente a esto otros errores inexplicables de un hombre que lleva tanto tiempo haciendo cine como le ocurre en el montaje en torno a la casa de campo.
Buen trabajo sobre todo de Charles Gérard, alegre y pegadiza música de Francis Lai y recuerdo para temas anteriores como os de "Un hombre y una mujer", por ejemplo.
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