|
CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine americano como lo ha venido haciendo a lo largo de toda su historia, sigue reclutando directores y actores de otras cinematografías.
En estos últimos años su mejor cantera es el cine australiano, de donde ha extraido ahora a Simon Wincer que hace con esta su primera película yanki, tras haber sido el productor de "El hombre de río Nevado" y haber hecho tres películas más como director en su país y doscientas horas de programas de televisión.
Ahora nos presenta la historia de un niño que es fruto de la ciencia al que se le ha sustituido su cerebro por un microordenador y en el que se produce la diatriva de sí es un robot o un ser humano, con pensamientos capaces de amar y querer a los miembros de su familia adoptiva y a sus amigos de colegio.
El tema no deja de tener cierto tono original y a la vez que se encuadra dentro del cine realizado para jóvenes que se está haciendo en estos momentos en los Estados Unidos y en el que ha encajado perfectamente el nuevo cineasta australiano allí afincado.
La cinta tiene dos partes claramente diferenciadas en la que se nos va exponiendo a los personajes y enclavándolos en su entorno, mientras que en la segunda se presta más al cine de acción y a resolver el dilema planteado, todo ello de forma muy esquemática y sencilla para que pueda ser comprendida con facilidad por el público infantil, al que va preferentemente dirigida.
Todo ello está llevado a cabo con una gran corrección formal, con buenas escenas de acción, cosa fácil y sin problemas para el cine americano y una buebna labor de los actores, tanto los infantiles como los veteranos que les resplanda, así como la buena partitura musical del siempre notable Marvin Hamlisch.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
TRÁILER'S
BANDA SONORA
CLIPS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE