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CRITICA
Por: PACO CASADO
El realizador británico Mike Figgis, después de hacer la explosiva y oscarizada 'Leaving Las Vegas' (1995), ha preferido zambullirse en un tema algo más tranquilo y reposado como es la relación de parejas, lo cual no es siempre fácil.
La pareja protagonista es un tanto atípica, un matrimonio formado por Max, un hombre de color y una mujer oriental.
Se llevan bien, tienen dos hijos y él triunfa en su carrera. Pero un día pasa una noche de amor con Karen, una rubia alemana, que hace mella en él.
No se vuelven a ver hasta un año después cuando Max acude de nuevo a Nueva York a ver a su mejor amigo, Charlie, a punto de morir de SIDA.
La anécdota elegida por Mike Figgis es corta y el estudio y las relaciones de los personajes no son suficientes como para justificar las actitudes tan extremas que se producen a partir de determinado momento del encuentro, siendo además su desenlace previsible en algún instante de la proyección.
Lo mejor del guión es Charlie, posiblemente uno de los personajes mejor estudiados y también interpretado por Robert Downey jr., que por otra parte es el reactivo y núcleo central de esta historia.
En cambio el de Max resulta ambiguo y poco creíble en su relación con Karen, de la que apenas sabemos nada, menos incluso que de él.
Casi otro tanto ocurre con la otra pareja protagonista ya que no se justifican suficientemente sus reacciones.
Premio a Wesley Snipes en la Mostra de cine de Venecia.
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