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CRITICA
Por: PACO CASADO
A veces es admirable cómo los guionistas americanos aprovechan las circunstancias para en torno a ellas construir un argumento que interese al espectador.
En 'Diamonds' se teje la historia de un ex-boxeador que ha sufrido un ataque de apoplejía y articula mal las palabras. Es viejo y no quiere acabar en una residencia de ancianos. En una visita de uno de sus hijos y su nieto les convence para ir a buscar unos diamantes, escondidos hace años, y trasladarse desde Nevada a Reno para encontrarlos.
El viaje sirve de excusa para conocerse mejor los tres personajes y mejorar las no muy buena relaciones que existen entre padres e hijos.
De camino se nos da el mensaje de que hay que superar las dificultades y salir adelante.
El guionista ha aprovechado esta circunstancia de la enfermedad real sufrida por Kirk Douglas hace cinco años que le mantuvo alejado del cine y también el haber hecho 'El ídolo de barro' (1949) para sacar imágenes retrospectivas del boxeador joven.
Se usa también el reencuentro con su amiga Lauren Bacall con la que coincidió en sus estudios y en el comienzo de su carrera. En otros tiempos estas dos figuras en la cabecera de cartel hubieran hecho de esta película un éxito de taquilla, hoy día la inundan de nostalgia. No obstante no han perdido su buen hacer y siguen llenando la pantalla con su presencia.
El guión dibuja bien a los tres personajes masculinos y está bastante equilibrado en el uso del viaje y sus relaciones familiares, incluida la larga secuencia del burdel.
Dirigida de forma correcta por John Asher, un joven realizador de 28 años, el film se deja ver con agrado y entretiene.
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