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CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta coproducción entre Polonia, Serbia y Lituania es fruto de la adaptación de la novela Los campesinos, escrita por el premio Nobel de Literatura el autor polaco Wladyslaw Stanislaw Reymont, publicada en cuatro partes a partir de 1904 según las estaciones del año.
En ella se trata sobre Jagna una campesina polaca de finales del siglo XIX que causa la admiración de los mozos del pueblo de Lipce, que finalmente forma un revuelo al casarse con Maciej Boryna, un hombre mucho mayor que ella, viudo y rico.
Esta es la historia de esa joven, hija de una familia humilde que trata de ser dueña de su propio destino, que vive en un pequeño pueblo de la campiña polaca, donde es fruto de las habladurías y de la comidilla constante del pueblo.
Ella bebe los vientos por el joven Antek, que es el hijo mayor de Maciej Boryna, uno de los terratenientes más ricos del pueblo, un hombre ya mayor, viudo, que impone su ley y trata con dureza a sus hijos que viven y trabajan con él en el campo.
La madre de Jagna, por su parte, trata de emparentarla con él, a pesar de que ella mantiene un romance secreto con Antek y ante esta circunstancia Jagna no tiene más remedio que acceder a los deseos de su madre, como suele ser la costumbre del pueblo a la hora de establecer los matrimonios en los que los jóvenes están sometidos a la voluntad de los mayores, obteniendo a cambio tres de las parcelas más ricas como dote de su enlace.
A pesar de su casamiento su pasión por Antek no ha muerto, sigue intacta y trata de encontrarse con él a la más mínima ocasión que tiene.
Es una historia familiar sobre la sociedad, el amor, la pasión, el deseo femenino y la ruptura de lo tradicional y en contra de las imposiciones sociales como hemos apuntado antes.
Está contada de forma lineal conforme transcurren las estaciones del año y las fiestas del pueblo.
La acción está ilustrada con algunas canciones y bailes tradicionales que son ciertamente espectadulares llenos de colorido en el vestuario de los danzantes.
Lo primero que llama la atención en esta estupenda película es la técnica empleada en su filmación, siendo interpretada por actores reales que posteriormente fueron pintados al óleo encima de las imágenes de cada uno de los fotogramas, así como los paisajes que resaltan la belleza de la campiña polaca de los comienzos del siglo XX que resultan interesantes como marco para el desarrollo de este drama, lo que hizo que su finalización se retrasara cuatro años.
La historia está descrita en la novela en más de mil páginas y en el film en casi dos horas de metraje.
La dirección corre a cargo del matrimonio formado por la realizadora polaca D.K. Welchman y el británico Hugh Welchman que por lo obtenido se han debdo conjuntar muy bien para obtener esta interesante cinta.
De esta directora D.K. Welchman y su esposo ya conocíamos un trabajo suyo anterior Loving Vincent (2017) sobre el pintor Vincent Van Gogh en el que empleaba esa misma técnica.
En cuanto a la interpretación de los primeros actores Miroslaw Baka, Kamila Urzedowska y Robert Gulaczyk su trabajo se ve un tanto opacado por la pintura.
Esta es la película elegida por Polonia para optar al Oscar a la mejor producción extranjera.
Premio especial del jurado, Estrella de cristal del público y premio Chopard para Kamila Urzedowska.
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