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CRITICA
Por: PACO CASADO
'Sargento Bilko' (1996) se incluye en ese capítulo del actual cine norteamericano que se encarga de adaptar a la pantalla series de televisión de éxito, ante la falta de recursos propios, es decir, de guiones originales.
En este caso la serie en cuestión se emitió durante cuatro años, de 1955 al 1959, siendo el personaje principal interpretado por Phil Silvers.
La película nos cuenta las pillerías de un desvergonzado sargento del ejército norteamericano, Bilko, todo un estafador muy querido que está a cargo del parque de motores de la base militar, que desarrolla un tanque flotante y, extraoficialmente, el juego, que tiene su cuartel convertido en un country-club, un casino, donde se admiten toda clase de apuestas y el juego es la distracción fundamental o mejor dicho la única ocupación de los reclutas, todo ello con el consentimiento de un alelado Coronel.
Pero un Mayor, que odia a Bilko y se la tiene jurada, viene a inspeccionar la base para un posible cierre y le pondrá en un aprieto para buscarle las cosquillas, lo que hará que éste agudice aún más su ingenio y trate de volver la oración por pasiva.
Toda una serie de desmadres y situaciones jocosas se reúnen en este guion con el fin de hacer reír al espectador a costa de lo que sea, aunque esto origine hacer el payaso por parte de Steve Martin, cosa que por otro lado está acostumbrado a ello.
La agudeza directiva para la comedia del realizador inglés Jonathan Lynn estaba ya probada con 'Mi primo Vinny' (1992) y 'Su distinguida señoría' (1992) de la que hace alarde de nuevo con este film.
En la interpretación destaca el buen hacer de Glenne Headly, la mejor de todos.
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