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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras pasar por el Festival de cine de Berlín, llega a las pantallas españolas 'El sastre de Panamá' (2001), dirigida por John Boorman.
Cuando se piensa en la adaptación de una novela de John Le Carré al cine uno se imagina aquellas películas sobrias como 'El espía que llegó del frío' (1965), pero rápidamente nos damos cuenta de que la guerra fría ya ha terminado.
Un sastre inglés que vive en Panamá, a donde fue desterrado por tener una aventura amorosa con la amante de un embajador, que tiene contacto conlos políticos locales, y una esposa que trabaja en la oficina del canal, acepta de mala gana trabajar como espía para el servicio sereto británico.
Así el espía que nos ofrece en esta ocasión el gran escritor británico de espionaje es un hombre fracasado que es enviado como castigo a Panamá para que se olviden sus errores.
El pícaro espía tratará de sacar fruto amenazando a un sastre, que está bien relacionado con el gobierno y los poderes públicos, con sacar su oscuro pasado si no le da información sobre el Canal.
Éste inventa una mentira que el espía vende a costa de la corrupción de todos los políticos e intermediarios.
A pesar de esta denuncia de conductas corruptas, el film parece tomarse a bromas en algunos momentos el asunto (no hay quien se crea la fabulación inventada y que además los gobiernos paguen por ella) como si se tratara de una deliciosa comedia.
El guion, con inteligentes diálogos, lleva un ritmo lento y tan sólo al final se decanta por la acción para subir la emoción.
John Boorman parece querer huir del prototipo del espía jamesbondiano, a pesar de haber elegido al último actor que lo ha incorporado, al parecer por última vez, Pierce Brosnan, que encuentra adecuada y mejor réplica en Geoffrey Rush en el papel del sastre, al que le va como a medida este traje.
Premio GoldSpirit para Shaun Davey como compositor revelación del año.
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