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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras ser presentada en el Festival de Berlín y el de Seattle nos llega esta última producción de la veterana realizadora alemana Margarethe von Trotta, 'Viaje hacia el desierto' (2023) en la que nos cuenta la relación habida entre el escritor y dramaturgo suizo Max Frisch y la carismática poetisa austriaca Ingeborg Bachmann, entre 1958 y 1963, cuando ambos se encontraban en la cima de sus respectivas carreras.
La historia es un tedioso y melodramático biopic que empieza con el primer encuentro en el verano de 1958 en París, en el estreno de una de las obras de Max, y se fija exactamente en los años en los que los dos autores permanecieron juntos viviendo en Zurich, ciudad que a ella no le gustaba ya que prefería Roma.
Ambos vivieron una tumultuosa relación de amistad y de amor pero nunca estuvieron casados y la convivencia terminó haciéndose finalmente insoportable.
Debido a ello Ingeborg hace un viaje en compañía de otro hombre para reflexionar sobre sí misma a través del desierto de Egipto, con su amigo el periodista vienés Adolf Opel, un gran seguidor de su obra.
Ingeborg Bachman, una figura en la historia de la literatura germana, destaca en el género de la poesía, práctica que dejó de ejercer cuando se dio cuenta de que podía escribir poesía, como ella misma explica, y por otra parte no desea eclipsar la carera de Max Frisch, con el que a pesar de su amor tuvo más de una fricción tanto personal como profesional.
Llegaron a romper finalmente su relación, entre otras cosas, porque ella no quería ser la inspiración de Max que tomaba constantemente notas en su diario, que ella acabó quemando para que no las pudiera utilizar.
En esos momentos de sosobra siempre pudo contar como refugio con sus amigos, el compositor Hans Werner Henze, que estaba enamorado de ella, y Adolf Opel, hombre de letras que siempre está a su lado cuando ella lo necesita y del que en algún momento se siente celoso Max Frisch.
Tras ese viaje de reflexión por el desierto Ingeborg volvió a encontrar el camino de regreso a la escritura.
La presencia en la interpretación de Vicky Krieps es fundamental en esta película incorporando al personaje central de la misma, Ingeborg Bachman, en cuyo trabajo hubo al parecer un buen entendimiento con lo que realmente quería mostrar Margarethe von Trotta.
El problema de este film, a nuestro entender, es la forma de mostrar esta historia de manera bastante confusa en la que con frecuencia se pasa de imágenes de situaciones que ocurren en momentos diferentes de la acción pasado por París, Berlín, el desierto, Zurich, sin una continuidad y nunca sabemos en qué momento nos encontramos, a pesar de que ciertos temas que se tocan siguen siendo relevantes con el paso del tiempo.
Este su largometraje número 18 está llevado a ritmo lento lo que acentúa más el tedio de la cansina narración de la vida de esta escritora, una más de las mujeres que la octogenaria Margarethe von Trotta ha tratado a lo largo de su filmografía, en títulos como el de la socialista 'Rosa Luxemburgo' (1986), la filósofa 'Hannah Arnendt' (2012) o la monja de 'Visión. La historia de Hildegard von Bingen' (2009), entre otras.
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