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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine se ha encargado grandemente de difundir lo que fue la Segunda Guerra Mundial en muchos aspectos y en ese sentido se han ocupado de ello todos los países que participaron en el conflicto bélico a través de las distintas cinematografías.
La temática ha sido siempre muy variada y las aventuras sobre la misma incontables, pero lo que ya no es tan abundante es la filmografía de los que sobrevivieron a los combates y pudieron volver de manera gloriosa siendo héroes cargados de medallas o como simples soldados, pero vivos.
En esta ocasión es el cine británico el que nos cuenta una historia de uno de ellos que al cumplirse el 75 aniversario decide asistir al acto de homenaje que se celebra con ese motivo.
Un veterano soldado de la Segunda Guerra Mundial Artie Crawford, a sus 92 años de edad, está recluido en una residencia de ancianos en compañía de Maggie, su esposa, que fallece al poco de comenzar esta historia.
Tras su entierro, en compañía de la familia, Artie revisa sus recuerdos del frente con fotografías e incluso pesadillas que aún sufre cuando duerme.
Artie está enfermo del corazón, los riñones y es diabético.
Tras la muerte de Maggie nada le ata en la residencia y decide escapar para asistir al acto del 75 aniversario del desembarco en Normandía el Día D.
Esa aventura es lo que constituye el grueso del argumento de este relato con no pocas dificultades para llegar ya que tiene su pasaporte caducado y un periodista que quiere hacerle protagonista su reportaje le sigue la pista.
Tras escapar de su asilo, emprende un arduo viaje hasta Francia, encontrando el valor para enfrentarse a los fantasmas del pasado.
La narración incluye algunos flash backs de los momentos de la guerra en los que interviene Artie y mantiene en paralelo la búsqueda del prófugo héroe.
Es una película muy bien hecha que mantiene en pantalla todo el tiempo a un Pierce Brosnan ya muy envejecido, lejos de aquel dinámico actor capaz de encarnar al Agente 007 con licencia para matar, pero conservando en todo momento sus conocimientos interpretativos.
El guion de Kevin Fitzpatrick está bien construido, sin tomar partido, contado por derecho y con una narración muy fluida.
Esto hace que no ofrezca mucha dificultad a la hora de la puesta en escena que lleva a cabo el director Terry Loane que debutó en la dirección con 'Mi socio Mickybo y yo' (2004) y después se ha dedicado a hacer series de televisión y ha vuelto para realizar este su segundo largometraje con 'El último soldado' (2023) un emotivo film que recuerda los buenos momentos del mejor cine británico.
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