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CRITICA
Por: PACO CASADO
El ingeniero y profesor universitario Robert Kearns (1927-2005) ideó en los años 60 un nuevo modelo de limpiaparabrisas para coches que rechazaron las compañías de automóviles de Detroit en un principio y que terminaron por fin adaptando años después pero sin reconocerle su autoría, ni pagarle sus derechos.
Robert Kearns se metió en una pelea que duró 12 años, revelándose contra el sistema y plantando cara al gran poder económico de las grandes compañías automovilísticas.
Estos hechos reales fueron recogidos en un artículo de prensa escrito por John Seabrook titulado Flash of genius publicado en 1993 en el periódico New Yorker, en el que se basa el guion de esta historia bienintencionada que rescata valores olvidados y reivindica a este buen hombre en su lucha contra el mundo, como una especie de caballero sin espada.
El guion, tras una primera mitad en la que se nos ofrece la vida de esta feliz familia norteamericana, en la segunda se centra en la lucha legal llevada a cabo por el cabeza de la misma.
Tras ejercer el oficio de productor de películas como 'Trece días' (2000) o 'Hijos de los hombres' (2006), Marc Abraham decide pasarse tras las cámaras y debutar como director con este film, y aunque su trabajo no acaba de convencernos, no obstante cuenta con una interesante reconstrucción de la época en decorados y vestuario y sobre todo con un buen actor en Greg Kinnear que hace un estupendo trabajo erigiéndose en principal protagonista y echándose la cinta a la espalda saliendo airoso con bastante dignidad.
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