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CRITICA
Por: PACO CASADO
Brian de Palma es un director discutido desde que se le colgó el sambenito de ser el discípulo de Alfred Hitchcock.
Tiene sus detractores que le acusan de copiar al maestro del suspense y sus defensores cuando realiza películas como 'Carrie' (1976) o 'Los intocables de Elliot Ness' (1987).
Dos madres, una canguro y tres niños han desaparecido en un parque infantil.
Carter, psicólogo infantil, fue educado por su padre, también médico y condenado veinte años atrás por secuestrar niños.
Carter está casado con Jenny.
Jenny mantuvo una relación con Jack y ahora ha vuelto a verse de nuevo con él.
Carter los ha descubierto.
Un policía jubilado, que recuerda el caso del padre de Carter, relaciona aquellos acontecimientos con los sucesos actuales y el culpable es detenido, pero su estado mental posiblemente impida que sea condenado.
Aquí trata una historia de doble identidad a través de un psicólogo que durante dos años se dedica a educar a su hija pequeña y abandona su profesión.
Posee un trauma desde niño que aflora cuando su mujer le engaña con un antiguo amante.
Brian De Palma le da una nueva oportunidad a John Lithgow con quien ya trabajó en 'Impacto' (1981) y 'Fascinación' (1976) ofreciéndole aquí varios papeles que hace a la perfección.
Le añade el atractivo de Lolita Davidovich, la actriz que está de moda en estos momentos.
En la realización destaca una larga secuencia de cinco minutos, muy bien planificada, que nos recuerda a 'Frenesí' (1972), como en otro momento nos remite a 'Psicosis' (1960), cuando la protagonista abre el cajón de la mesilla de noche.
Maneja bien el flash-back, los momentos oníricos, la doble personalidad y por tanto doble visión del protagonista y es tramposo a ratos o deja algún que otro cabo suelto, por lo que exige la atención del espectador ya que todo va mezclado a veces con humor.
Buena música la compuesta por el italiano Pino Donaggio para la banda sonora.
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