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CRITICA
Por: PACO CASADO
Robert Altman siempre ha sido un director cuyo cine nos ha interesado y que en las últimas películas realizadas adoptó un sistema muy particular de contarnos historias entrelazando multitud de personajes para llegar a expresar lo que deseaba.
'El juego de Hollywood' (1992), 'Vidas cruzadas' (1993) y 'Prêt à porter' (1994) son los frutos derivadas de esa ewstupenda fórmula.
Dos secuestros ponen de manifiestos la dinámica compleja del poder dentro del funcionamiento corrupto e impredecible de la ciudad de Kansas City de los años treinta.
Con 'Kansas City' (1996) vuelve a un cine más tradicional y regresa también a su ciudad natal para prestarle un homenaje, al tiempo que lo hace tambiéb con la música de jazz.
Si bien Kansas no fue la cuna del nacimiento de este género musical, sí es el marco adecuado para su resurgir.
Si con 'Nashville' (1975) Robert Altman hizo el reconocimiento a la música country aquí lo hace con el jazz y de nuevo se vuelve a plantear un tour de force, al meter en poco menos de 24 horas una historia sobre la rivalidad de las bandas por partida doble: de gángsteres y los músicos de jazz.
Este es el telón de fondo para la historia de un amor desmedido, el de una chica, algo desconcertada, por su esposo, un gángster de pacotilla, que ha robado a un capo de la mafia que lo tiene secuestrado y sentenciado a muerte.
A ella se le ocurre raptar a la esposa de un destacado político para que presione y de paso hacer un intercambio.
Un duelo más se añade así a la historia, el de estas dos mujeres de condición tan diferentes.
Todo este guiso se adoba con la salsa obtenida del coctel surgido de la violencia de la rivalidad de los gángsteres, la corrupción política de unas elecciones en las que hubo cuatro asesinatos, el tráfico de alcohol, el juego... etc.
Con todos estos elementos Robert Altman construye una historia que se nos antoja corta y que se diluye en la música de jazz.
El film cumple lo pretendido de prestar un homenaje a este género musical, pero creemos que corre el peligro de difuminarse. Por una parte la historia no alcanza demasiada fuerza y por otra la música no cobra el relieve necesario en esta mezcla, contrarrestándose ambas.
Un excelente trabajo de los actores que llama la atención por parte de Harry Belafonte, en el mejor papel de su carrera, que en algunos momentos recuerda al Marlon Brando de 'El Padrino' (1972), seguido de la admirable actuación de Miranda Richardson y de Jennifer Jason Leigh, aunque esta última creemos que está un poco pasada de rosca o tal vez sea que su neurótico personaje así se lo exige.
Robert Altman nos vuelve a sorprender para bien, una vez más.
Premio a la mejor música de los críticos de Los Angeles. Premio a Harry Belafonte de los críticos de Nueva York. Premio a Miranda Richardson de los críticos de la Sociedad de Texas.
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