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CRITICA
Por: PACO CASADO
Hace justamente veinte años ya nos llegó a las pantallas españolas una película sobre el mundialmente famoso personaje de Garfield, el gato amante de comer lasaña y que odia los lunes, una creación para las tiras cómicas ideada en 1978 por Jim Davis, que dirigió Peter Hewitt que nos pareció muy endeble.
Dos años después nos llegó una secuela, esta vez bajo la dirección de Tim Hill, que mejoró algo, con respecto a la primera.
Y ahora aparece en las salas esta tercera 'Garfield. La película' (2024) realizada por Mark Dindal, que ha superado notablemente a las dos anteriores.
Tras un inesperado encuentro con su padre, perdido hace muchos años, el desaliñado gato callejero Vic, Garfield y su amigo canino Odie, se ven forzados a abandonar sus perfectas y tranquilas vidas.
El motivo es que se han visto obligados a unirse a Vic para llevar a cabo un hilarante y muy arriesgado atraco a una central lechera.
Esta historia recoge la vida de Garfield desde que era un gatíto que, en principio, fue abandonado por Vic, su padre, en un oscuro callejón cuando era pequeño y recogido por Jon, un tipo solitario que es su actual dueño, que vive en su casa con Odie.
Garfield fue creciendo y ahora, ya de adulto, con su amigo el perro Odie, se encuentra un día con su padre que está en apuros con una gata que le obliga a robar un camión de leche en venganza por haber pasado un tiempo en la perrera por su culpa.
Buena parte de este relato consiste en llevar a cabo el difícil atraco de alto riego y en aclarar las cosas en cuanto a las relaciones de Garfield con su padre, que habían sido entendidas de manera equivocada.
La historia tiene momentos que son sumamente divertidos y además un romance entre el toro que representaba a la marca de la lechería, de la que fue despedido, y una linda vaquita que está enamorada de él, que la quiere rescatar, uniendo así las fuerzas de ambos.
A parte de lo divertida que es la historia hay que sumar la estupenda realización que lleva a cabo Mark Dindal, director de los largometrajes 'El emperador y sus locuras' (2000) y 'Chicken Little' (2005), que está puesta en imágenes a un ritmo endiablado, con situaciones muy hilarantes que hacen reír no sólo a los más pequeños de la casa, sino también a los adultos, que lo pasan muy entretenidos con esta historia, que va mejorando progresivamente con cada nuevo capítulo.
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