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CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta película es un remake de la que con el título español de 'El último refugio' (1940) rodara nueve años antes el propio Raoul Walsh, basándose en la novela escrita por W.R. Burnett, tratada en esta ocasión en clave de western agónico, y si bien carece de la baza que suponía la presencia en la primera versión de Humphrey Bogart, en su primer trabajo como protagonista al frente del reparto, no es por lo demás, inferior al original, aunque raramente se le haya concedido tal mérito.
Entra dentro de la preocupación que surgió en el cine norteamericano por el indio, siendo 'Flecha rota' (1950) una de las primeras en denotarlo.
Aquí Raoul Walsh cuenta la historia de un amor tan imposible como ejemplar entre Wes, un bandido de buen corazón, que huye de la prisión ayudado por sus compañeros, para que colabore en el asalto a un tren que transporta dinero con la ayuda de un par de compinches y una chica con la que vivirá una arrebatadora historia de amor, aquí una india mestiza.
A partir de ese momento empieza a rondar por su cabeza la idea de llevar una vida honrada, tener un rancho y sentar la cabeza.
Una historia dura, romántica, severa y de ribetes trágicos, 'Juntos hasta la muerte' (1949), alguien lo definió como "un western onírico, espectral, donde jinetes salidos de un viejo grabado hallan una muerte de ángeles malditos entre las ruinas de un olvidado cementerio indio", calificando a su autor de "poeta biológico" pues "centró su puesta en escena en los impulsos y tensiones físicas de vida inmediata, corporeidad de los actores, pulsación de la materia, latido de la piedra, el aire y el árbol".
Un final realmente sublime mostraba a los espectadores sus dos manos entrelazadas en la muerte para la eternidad, el hombre blanco uniéndose a la mujer roja, más allá de las barreras del racismo y de las convenciones sociales, mientras repican las campanas de la derruida misión.
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